Mariano Rajoy fue muy valiente al reformar la legislación laboral para facilitar los despidos, aumentar los impuestos pese a su promesa de reducirlos, nacionalizar las cajas de ahorros a costa de los ciudadanos, incluso al reducir tímidamente los sueldos multimillonarios de los banqueros intervenidos.
Hizo lo fácil para él. Veremos ahora si es un hombre de Estado y se atreve a retar al verdadero poder que controla al país, más que los mercados, que los banqueros, que los capitalistas más duros, que la crisis nacional e internacional.
Lo difícil es restarle poder excesivo a los caciques autonómicos, provinciales y locales, y eliminar gran parte de las estructuras de obesidad mórbida que son ahora el verdadero aparato estatal, mucho más que el central.
Desde 2011 la mayoría de esas instituciones está controlada por militantes del Partido Popular, aunque los socialistas y demás derrotados les dejaron concatenadas unas estructuras burocráticas que crearon para colocar a los suyos, como antes el PP había montado las suyas para los suyos.
Rajoy no se enfrenta ahora a un PSOE tan desorientado que presenta nuevas ocurrencias diarias, algunas pintorescas, como si siguiera abducido por el fantasma de Zapatero.
Rajoy debe pelear para degollar políticamente a millares y millares de compañeros del PP que viven de las CC.AA., diputaciones, ayuntamientos y empresas y organismos dependientes de ellos, y también debe limpiar las incrustaciones heredadas.
Sólo para equipararse a Alemania en ayuntamientos en relación a la población debería suprimir la mitad de sus 8.117, e incluso más: la Gran Bretaña redujo sus 1.500 a 400, y Grecia tuvo que pasar con el rescate de 5.300 a poco más de 1.000.
Añadamos televisiones públicas, defensores del pueblo, asesores y empresas de mayor o menor enjundia.
¿Rajoy, hombre de Estado? Hasta ahora hay razones para dudarlo, aunque pronto comprobaremos hasta qué punto es valiente con los poderosos, esos caciques que albergan demasiada grasa y corrupción.
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Del tipejo que nos gobierna me remito a las palabras del profesor Centeno que le dedica cada vez que se refiere a ese individuo y el estado de cosas en que nos encontramos.
Respecto al resto de la caterva que ocupa "la sede de la soberania",con escuchar al portavoz de los gal y sus medidas economicas,asi como a los amigos de la dictadura cubana y las suyas del partido comunista(me refiero al doctor Cuba y Cayo Tontucio),tenemos clara idea de lo que nos espera cuando España termine de pagar la deuda con los bancos alemanes y es que nos dejaran por imposible,para que nos revolquemos en nuestra propia basura.
Publicado por: Meandmycircunstances | martes, 07 mayo 2013 en 16:41