En las manifestaciones contra la futura Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) puede asegurarse que estaban los profesores que en los exámenes para obtener plaza en la Comunidad de Madrid escribían “Cordova”,”deriban”, “lleba” “oserbar”, “conduzta”, y contestaban que “el gato es un animal…astuto”, “la serpiente es…peligrosa”, “la gallina es un…mamífero”.
Seguramente no asistieron en igual proporción los que respondieron correctamente a los cuestionarios en la última oposición, a la que se presentaron 14.110 candidatos de toda España, que sólo fueron 1.913, el 14 por ciento.
Aun así, como había plazas, contrataron también como interinos a 3.800 suspensos: ¿qué podrá enseñar la mayoría de esta gente que no sea una ideología enemiga del esfuerzo y amiga del fracaso igualitario?
Si alguien propone que enseñen el esfuerzo y la competitividad que ellos odian, harán huelgas y formarán nuevas “mareas verdes” en las que irán de coleguillas con los alumnos, felices por vaguear en la calle, mejor que en una aula.
La enseñanza en España se ha malogrado. Está a la cola de los 34 países de la OCDE, según los informes PISA.
No culminan la educación básica el 30 por ciento de los alumnos, y en algunas regiones el 40. En otros países es menos de la mitad.
La sociedad debe elegir: seguir así, con parte del profesorado que rechaza ruidosamente que se le evalúe, y que se ampara en mitos igualitaristas para justificar el bajo nivel de sus alumnos-coleguillas, o cambiar hacia un sistema exigente de valoraciones para acercarse a los países que crean riqueza gracias a su alta exigencia educativa.
También se puede imitar a Finlandia, número uno PISA, donde no se examina a los alumnos, como pretende la nueva ley española con las reválidas, sino constantemente a los profesores: allí son una élite cuidadosamente seleccionada; y sus sueldos no son mucho mayores que los españoles, que ya están entre los mejores de Europa.
Las evaluaciones regulares de profesores y alumnos fomentan el esfuerzo, la voluntad y, obligando a estudiar, quizás cambien la imagen internacional de España, según la cual el botellón es la única expresión cultural de sus jóvenes.
-----
Los nefastos datos de la Educación en España comenzaron con la politización socialista de la Educación a través de su famosa LOGSE, diseñada por un tal Rubalcaba. Primero se degradó en Primaria y Secundaria (años 80) y cuando estos alumnos llegaron a la universidad, también se degradó el ámbito universitario (años 90). En la primera década del presente siglo, los universitarios comenzaron a acceder al profesorado de todos lo niveles. Todos sabemos que el nivel educativo de un colegio o universidad es el nivel de su profesorado. Y todos sabemos cual es el nivel medio del profesorado actual.
El socialismo utiliza su concepto estatista de la “Planificación Central de la Educación Pública” no como un medio para educar, sino como un medio para adoctrinar. Impone bajo la coacción del Estado no solamente los contenidos curriculares, sino un modelo profesoral totalmente ideologizado, por lo que todo profesor de pensamiento libre (si consigue entrar en el aparato estatal de la educación pública) acaba siendo apartado de las aulas y cátedras a puestos de gestión.
Dentro del aparato estatista de la “Planificación Central de la Educación Pública” socialista, su profesorado, sindicatos y asociaciones de padres controlan de manera fascista toda la estructura educativa del estado (y ello al margen del partido que esté en el Gobierno).
Tenemos por alumno la Educación Pública más cara de Europa; igualmente el mayor fracaso y abandono escolar; desde el año 2000, dentro del conjunto de países de la OCDE tenemos el mayor porcentaje de universitarios trabajando fuera de su especialización, incluso en el paro. Por último, España tiene la universidad con la formación más alejada de las necesidades empresariales, e internamente, las más endogámica de Europa en su profesorado (ningún Premio Nobel internacional puede acceder a una cátedra en igualdad de condiciones laborales que un catedrático español). Des-gracias al fascismo socialista educativo, este esperpento endogámico es de tal calibre, que en España un postulante a catedrático no solamente elige el tema a defender, también el tribunal que lo evaluará.
Ser profesor en España, es muy difícil si no vas mordiendo el carnet del psoe, y te declaras apóstol de algunas de sus ideologías adoctrinadoras tales como el feminismo, el ecologismo, el homosexualismo, o la alianza de civilizaciones. El psoe utiliza su “Planificación Central de la Educación Pública”, no para educar, sino para destruir el pensamiento critico (verdadera esencia de toda educación). En la "Planificación Central de la Educación Pública Socialista" no existe libertad de Cátedra. Y sin ella es imposible el desarrollo de la Ciencia ¿Cuántos Premios Nóbeles en ciencias ha dado la universidad española en los últimos cuarenta años?
Si a toda esta estructura de adoctrinamiento le unimos el mismo control socialista sobre los medios de comunicación pública (es igual el medio que sea, la gran mayoría de ellos es pensamiento único socialista), podemos afirmar que hace ya cuatro décadas que en España existe un Estado Educativo totalmente Orwelliano.
Socialismo = Fascismo
Pablo el herrero
Publicado por: Pablo el herrero | domingo, 12 mayo 2013 en 07:26