Hoy, 15M, se cumple el segundo aniversario del movimiento asambleario de los indignados contra el sistema político español que ocupó masivamente el centro de muchas ciudades, y cuya acción más visible fue la toma de la Puerta del Sol, la plaza central de Madrid, donde acamparon durante un mes millares de personas.
El pasado domingo, día 12, los variopintos grupos que representan el 15M convocaron manifestaciones por toda España para conmemorar la efemérides, pero al menos en Madrid no llenaron ni la cuarta parte de esa plaza que, como las calles cercanas, en 2011 estaba atestada.
Hoy es festivo en Madrid, recordatorio de ese patrono campesino, San Isidro, que vagueaba mientras los ángeles se uncían como bueyes para arar sus campos, y los del 15M parecen tan santos holgazanes como él y no han aparecido a trabajar protestando.
Aquella acampada del Movimiento de jóvenes parados, profesores, estudiantes y okupas, nació como plagio del de la Plaza Tahir de El Cairo, que hizo caer a principios del mismo 2011 la dictadura de Hosni Mubarak.
Querían reproducir en España la “Primavera Árabe”, que enseguida fue tomada por los islamistas para convertirla en una revolución religiosa ultrarreaccionaria.
Los partidos de izquierda, el PSOE e IU, trataron de manejar a los grupos españoles sin conseguirlo: los idealistas, anarquistas y antisistema que dirigían las asambleas creían que sus consignas, y no los partidos, cambiarían radicalmente el país.
El 15M fracasó estruendosamente al no poder evitar que en las elecciones del 20 de noviembre ganara por mayoría absoluta el derechista PP.
Que es todo lo contrario del discurso del 15M, aunque ahora hay quien afirma que sirve a la derecha, como la líder juvenil del PSOE, Beatriz Talegón.
Dos años después del 15M, sus tan publicitados objetivos revolucionarios recuerdan a WikiLeaks, otro fenómeno mediático coetáneo que, según los grandes medios informativos internacionales, cambiaría definitivamente la política mundial con la divulgación de los papeles del Departamento de Estado de EE.UU.
WikiLeaks terminó en nada más que ruido y algarabía y con su fundador refugiado en la embajada de Ecuador en Londres para no ser enviado a Suecia donde le acusan de dos violaciones.
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Molares, no mientas.
A asange no le acusan de violación alguna. Le acusan de "sex surprise" -> follar sin condón.
Las feministas que le acusan (o se dice mujeres resentidas?) lo denunciaron despues de saber que se las había follado a las dos. Que como todo el mundo sabe es un delito de lesa humanidad.
Publicado por: Tomas dADo | miércoles, 15 mayo 2013 en 17:28