Si el cronista fuera agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) habría dirigido el llamamiento a asediar el Parlamento el 25 de abril para identificar y descubrir la capacidad de violencia de los ultraizquierdistas, ultraderechistas y demás antisistema que acuden a esas manifestaciones.
El cronista cree que la fracasada iniciativa “Asedia el Congreso” para asaltarlo después, deponer al Gobierno, al Rey y romper la Constitución, convocada desde la página de internet Plataforma en pie, de promotores desconocidos, estaba montada por algún servicio de inteligencia.
Cogida por los pelos se tomó la fecha del olviPlataformaenpie dado aniversario de la Revolución de los Claveles portuguesa de 1974 para lanzar una convocatoria anónima, un anzuelo para ver quién picaba.
El llamamiento proponía unos objetivos políticos delirantes, por lo que sólo iban a unirse a ellos los personajes más bragados e irreflexivos, por tanto, los más peligrosos.
Luego, y sólo a última hora, aparecieron unos abogados identificables para apoyar a los que detuvieran por actos violentos siguiendo los manuales de guerrilla urbana, pero ya se sabe que hay letrados simplones y alocados, pero también del CNI.
Obsérvese que durante la máxima agitación en la plaza de Neptuno, pegada al Congreso, había seguramente tantos fotógrafos y cámaras de televisión como manifestantes.
Se movían libremente entre policías y agitadores sin que se les preguntara para qué medios trabajaban, quizás porque ahora cualquiera puede asegurar lo hace para una de las páginas de internet que nacen cada día.
En estas manifestaciones es innecesario acreditarse como periodista, por lo que todo espontáneo puede declararse informador.
Seguramente lo es del CNI, de la Guardia Civil o de la Policía nacional.
Créame: estos días hay numerosos agentes separando las imágenes de los inflitrados que "son nuestros compañeros" de los manifestantes del 25A, con lo que ayudan al antigolpismo y a la psiquiatría.
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En su hipótesis de que ha sido un medio para localizar a los elementos antisistema más peligrosos, parte del supuesto de que nuestros Servicios de Inteligencia tienen inteligencia. No está demostrado.
Hasta ahora solo se sabe que han sido capaces de experimentar drogas en mendigos con resultado de muerte y ser descubiertos, de no descubrir previamente el 23-F, o de colaborar con él, de no descubrir el 11-M, o de colaborar con él (y desde luego de participar en las falsificaciones posteriores), de no descubrir los chivatazos a los hombres de Paz de ETA, o incluso de montarlos, ...
O tal vez si son un Servicio de Inteligencia, pero no al servicio de España, sino de sus enemigos.
Publicado por: Espectador | domingo, 28 abril 2013 en 19:00