Hoy, sábado, se manifiestan en Bilbao numerosos personajes apoyando a los terroristas de ETA en prisión para exigir su concentración en cárceles vascas y su liberación inmediata con todos los pronunciamientos favorables, además del abono de pensiones.
Willy Toledo y Pilar Bardem, el exdirector de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, los músicos Kepa Junkera y Fermín Muguruza; la escritora Toti Martínez de Lezea; el futbolista Mikel Labaka y el alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, son algunos de los que se adhieren al acto.
A última hora se unió Ernest Maragall, hermano del expresidente de la Generalidad, el socialnacionalista Pasqual. Ernest, consejero de Educación en el gobierno de Pasqual, es ahora más nacionalsocialista que socialnacionalista: buen aliado del abertzalismo.
Muchos presos no sólo han matado a una o decenas de personas, sino que, además, son sádicos que vimos tras las mamparas de cristal en la Audiencia Nacional con odio y desprecio hacia sus víctimas, aunque fueran niños.
Cualquier ser con sentido de la justicia, esa dama de ojos vendados y una báscula en la que sopesa lo bueno y lo malo, sabe que tanta malignidad no merece perdón. Ninguno. Sólo cárcel hasta el final-final de su condena.
Matar aposta y a traición a un ser indefenso es el único acto irreversible que no merece indulgencia, y pavonearse de ello debe ser agravante.
Pero ahí están estos autoproclamados progresistas exigiendo piedad, virtud religiosa fruto de la santidad.
Aunque en su caso es al revés, porque la de Bilbao es una procesión pietista para ensalzar a antisantos, a los sádicos a los que esos manifestantes les atribuyen las virtudes de la bondad. Los curas, antes de que muchos de los vascos se hicieran abertzales, calificaban la antisantidad como satanismo.
Con una antisantidad de crueldad caníbal, de falsos pacifistas, Toledo y Bardem manchan todo lo que tocan. Son estalinistas, aprovechados del capitalismo, pero ultracomunistas de la rama que dictó más penas de muerte, públicas o secretas.
Muchos manifestantes del día 12 aplicarían gustosos esas penas de muerte a los que no liberen a los sádicos verdugos, los antisantos a los que defienden.
--------
Yo les sacaria de la carcel con una condicion,cadena perpetua para toda la patulea que les jalea.
Publicado por: Modusporculandi | sábado, 12 enero 2013 en 17:56