En los disturbios que se produjeron durante la huelga general del 14N unos mossos d’esquadra de Tarragona golpearon a un menor y le abrieron una brecha en la cabeza, sangrienta imagen reproducida prolijamente en los medios informativos.
Las condenas a los policías fueron prácticamente unánimes, y los padres del menor, con los que iba en la manifestación, anunciaron acciones judiciales contra ellos.
Pero deberían explicar antes por qué llevaron un niño de 13 años a un acto que podría terminar en unos disturbios que crecen con cada manifestación que se convoca en España últimamente.
Deberían ser los servicios sociales y las autoridades quienes denunciaran a los padres por violencia contra el menor al mezclarlo en protestas donde hay provocadores y policías que, ellos lo saben, los disuelven no siempre pacíficamente.
Al otro lado del Mediterráneo, en Gaza, es muy frecuente la utilización de niños como parapetos humanos.
Buena parte del mundo se escandalizó en 2009 con la muerte de una decena de niños por la explosión de una bomba teledirigida desde Israel hacia su casa.
Previamente, y desde el techo de la vivienda, su padre, un jeque de la organización terrorista Hamas con varias esposas, de ahí que tuviera tantos hijos, lanzaba misiles contra los israelíes, que estos contestaron.
Este domingo ha ocurrido algo casi calcado al atacar Israel al jefe de seguridad de Hamas, que murió rodeado de niños.
La insensatez militante de algunos padres españoles está llevándolos a exponer a sus hijos a acciones que a veces terminan violentamente, quizás por excesos policiales, como en Tarragona.
Esos adultos tienen derecho a reclamar lo que deseen, igual que para entrar en un casino o en un cine porno, pero la presencia de sus hijos en esos lugares está vedada, como las cercanías de la violencia.
Las luchas de adultos deben alejar a los menores para evitar que, en casos extremos, los envíen patrióticamente como niños soldado.
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NOTA:
No debe creerse todo lo que se publica sobre los muertos y heridos en Gaza, donde se graban escenas como esta de Youtube, según el método Pallywood. Imágenes de un herido grave que se recupera indemne instantes después.
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Hay una anécdota relacionada con esta tira ya antigua. Hace años había una gerente en uno de los diarios en los que yo colaboraba y un buen día me dijo que un grupo de señoras muy feministas ellas y vinculadas a la política local se había quejado de que los personajes de mis trabajos eran casi siempre hombres y que no daba a la mujer el merecido protagonismo . Siempre sospeché que era algo que ella se había sacado de la manga y -por otra parte- yo suelo seguir las indicaciones del director del periódico pero no las de la parte empresarial: si la empresa considera que mi línea de opinión es lesiva para sus intereses comerciales cojo la puerta y me voy con mi opinión a otra parte.
Al día siguiente publiqué esta tira y me hice el encontradizo. "Ahora estarán contentas esas señoras ¿verdad?", le dije.
Ella esbozó una mueca que quería ser una sonrisa y me replicó: "Eres un cabrón".
Como lo oyen (leen).
Publicado por: Armando Salas | lunes, 19 noviembre 2012 en 18:00