Seguramente usted no ha visto las imágenes de la agresión de unos independentistas catalanes a un padre que iba con sus dos hijos, niño y niña, hacia la concentración del 12 de octubre en la Plaza de Cataluña, de Barcelona.
Los asistentes querían proclamar su identidad catalana y española, hispanocatalanista o catalánhispanista. Son imágenes ocultadas por las principales televisiones, y ni siquiera TVE las emitió en sus informativos, cuando estaban disponibles en internet.
Acusan a TVE de estar controlada por la derecha, pero sigue el doble rasero de denunciar extremismo fascista –emitió la llegada de unos falangistas cuando la concentración hispanocatalanista se había disuelto--, callando o atenuando a la vez el de la ultraizquierda y el de los ultranacionalistas, cada día más cercanos al nazismo.
En las imágenes se ve cómo la turba persigue a un hombre alto y delgado, de unos 35 años, que tiene la fortuna de tener cerca a los mossos d’esquadra, que lo protegen.
En otro plano aparece el niño, de unos siete años, tratando de agarrarse a al padre, y la niña, de unos cuatro, con una camiseta de la Selección Española, llorando asustada y desesperada, rescatada por unos sanitarios.
Los grandes periódicos catalanes y los nacionales, como “El País”, ocultaron o escondieron la noticia, pero difundieron fotos de un independentista sangrando por una pequeña brecha en la cabeza, víctima de los mossos d’escuadra: era uno de los agresores del padre de los niños.
La bandera española que llevaban quedó tirada en la calle, y alguien la arrojó después a un cubo de la basura.
El nazismo empieza así: primero le pega a los judíos aislados, a poder ser con sus hijos delante, después va a por todos.
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LAS IMÁGENES DE LA AGRESIÓN, EN ELESPIADIGITAL.COM
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Hoy tenía que comprar un analgésico, Paracetamol. Por primera vez pedí en la farmacia de guardia que me trajeran las distintas marcas de este genérico. Me enseñaron cinco, cuatro de ellas fabricadas en Cataluña, según el envase.
Elegí la quinta marca, Paracetamol Cinfa, de 650 miligramos, 40 comprimidos, menos de dos euros. Está fabricada en Huarte, Pamplona, y para mi es suficiente. Aparte de que resultó ser la más barata.
A partir de hoy voy a pedir que me enseñen varias marcas de cada producto que compre para ver dónde están fabricado y elegir el del territorio mayoritariamente amigo.
Se que a Mas y a los nazis no les importa, pero muchos haciendo lo mismo podemos darles una buena lección.
Publicado por: Rodrigo Ramírez | domingo, 14 octubre 2012 en 15:44