Los disturbios tras a la “Marcha Negra” de los mineros del carbón sobre Madrid produjeron ochenta heridos, de ellos 33 policías protegidos con sus cascos y prendas antidisturbios, mientras que los manifestantes resultaron contusionados más levemente a pesar de no estar especialmente equipados para estas batallas.
Lo que indica que la “brutalidad policial” en realidad fue la antipolicial de quienes se enfrentaron a los agentes con piedras, palos y múltiples instrumentos agresores.
Hubo 18 detenidos, ninguno minero, y las imágenes que más circularon de la batalla fueron las de varias chicas antisistema sangrando por la cabeza.
Rápidamente las convirtieron en heroínas mineras. A una de ellas varios medios de ultraizquierda la identificaron como “La Niña Más Herida” (LNMH), añadiendo consideraciones sobre las bestias de uniforme, con casco y porra.
Pobre niña inocente, si no fuera que LNMH no era tal niña: tiene 20 años y, pese a su cuerpo menudo, cuanto llegue a los 25 o 35 será menos fuerte que ahora.
Su agresividad la conoce su familia, que sufrió sus accesos de ira y violencia desde que tenía 14 años, cuando le negaron por primera vez cincuenta euros para irse de marcha.
Creen que ya había probado la cocaína, que la hacía más iracunda. Con una raya encima es capaz de enfrentarse a un ejército de policías.
Un día golpeó a una profesora y esta atribuyó la agresión a la desorientación juvenil, la explotación capitalista, a la sociedad injusta: para reflexionar sobre qué tipo de personas forman enseñantes así.
El pensamiento débil de quienes encauzan insanamente a los jóvenes es el que estimula que personas como LNMH se consideren justificadas para destruir lo que deseen.
Gente así, caprichosa, autocomplaciente y no autocrítica, acaba miserablemente tirada entre cartones de vino peleón.
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La última frase me ha recordado al tango.......
Esta noche me emborracho
Tango 1928
Música: Enrique Santos Discepolo
Letra: Enrique Santos Discepolo
Sola, fané, descangayada,
la vi esta madrugada
salir de un cabaret;
flaca, dos cuartas de cogote
y una percha en el escote
bajo la nuez;
chueca, vestida de pebeta,
teñida y coqueteando
su desnudez...
Parecía un gallo desplumao,
mostrando al compadrear
el cuero picoteao...
Yo que sé cuando no aguanto más
al verla, así, rajé,
pa' no yorar.
¡Y pensar que hace diez años,
fue mi locura!
¡Que llegué hasta la traición
por su hermosura!...
Que esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor;
que chiflao por su belleza
le quité el pan a la vieja,
me hice ruin y pechador...
Que quedé sin un amigo,
que viví de mala fe,
que me tuvo de rodillas,
sin moral, hecho un mendigo,
cuando se fue.
Nunca soñé que la vería
en un "requiscat in pace"
tan cruel como el de hoy.
¡Mire, si no es pa' suicidarse
que por ese cachivache
sea lo que soy!...
Fiera venganza la del tiempo,
que le hace ver deshecho
lo que uno amó...
Este encuentro me ha hecho tanto mal,
que si lo pienso más
termino envenenao.
Esta noche me emborracho bien,
me mamo, ¡bien mamao!,
pa' no pensar.
Publicado por: Infierno de Cobardes | sábado, 14 julio 2012 en 16:54