José María Hinojosa, el Tempranillo, robaba a los ricos y ayudaba a los pobres, como quiere el PSOE que haga el gobierno de Rajoy para no reducir el presupuesto de sanidad y de educación en 10.000 millones de euros.
Los socialistas proponen obtener esa cantidad incrementándole los impuestos a las grandes fortunas y a las empresas, una medida que ellos no tomaron durante sus casi ocho años de gobierno.
Al contrario, José Luis Rodríguez Zapatero halagaba mundo adelante a los empresarios y los banqueros españoles en una etapa de falsa prosperidad basada en vivir de créditos y legislar supuestos avances sociales que ahora hay que pagarle a los mercados.
Los partidos de la izquierda no quieren admitir que han caído en una trampa capitalista de la que no pueden escapar: con la globalización comercial y financiera los ricos y las empresas van y vienen de unos países a otros según sus deseos.
Los ricos no tienen dinero, sino sociedades que pueden colocarse instantáneamente en cualquier parte, y si alguien les molesta demasiado se van y no dejan ni la calderilla.
Los ricos y las empresas de hoy ya no tienen que pasar por la Sierra Morena con su oro exponiéndose a un asalto del Tempranillo: le dan a una tecla a su ordenador y sus miles de millones aparecen en cualquier paraíso fiscal, le dan a otra tecla y cierran la fábrica y montan otra en países comunistas de capitalismo manchesteriano.
En lugar de buscar un discurso, una solución de izquierda, si esta existiera, PSOE o los socialistas franceses olvidan que ya no hay diligencias.Como no se quiera que volvamos a las diligencias.
Al capital hay que atraerlo incluso con feas amnistías fiscales, y ya se les paga muchas veces para que inviertan y generen, más que tributos, puestos de trabajo, que son los que abonarán impuestos y tasas.
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Y los dedos se le hicieron huéspedes…
Un amplio análisis de Fernando J. Muniesa sobre las elecciones francesas, su repercusión en España y la situación interior del PP.
Intervention is Inevitable in Spain
La visión de James Skinner. Prevé que la intervención de España es inevitable.
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¿Hay que ahorrar en sanidad y enseñanza pero no en subvenciones a la iglesia católica, sindicatos, partidos políticos y ceoe? No se entiende muy bien.
Los ricos no van a ningún sitio. Bueno sí van... a donde hay dinero para ganar más. No puede ser que se persiga con saña al trabajador mientras que al empresario subvencionado (porque esa es la clave) se le deja pagando menos que el becario de una ETT.
Publicado por: Swiss day | lunes, 30 abril 2012 en 17:15