Mariano Rajoy debería triunfar como primer ministro teniendo en su gobierno a José Ignacio Wert, uno de los sociólogos que mejor conocen el carácter de los españoles y que por tanto sabe satisfacerlos.
Que el ministro de Cultura, Educación y Deporte sea Wert es wertajismo: desmenuza como pocos los pensamientos de los ciudadanos, y lo demuestra en su recién aparecido libro, “Los españoles ante el cambio”, que analiza los resultados de los últimos estudios demoscópicos hechos en el país.
Editado por FAES, la Fundación de estudios que preside José María Aznar, estaba impreso inmediatamente antes de que lo nombraran ministro: le han pegado una página para dar cuenta de su nueva función.
El texto desgrana en 152 páginas nuestras ideas sobre la identidad nacional, autonómica y local, los valores personales y sociales, la política y la crisis del Estado del bienestar.
Lo más llamativo aparece al final, dónde se indica cómo son ideológicamente los votantes de los partidos que pueden alternarse en la gobernación del país, el PP y PSOE.
Wert nos descubre la gran moderación de los españoles: el 39 por ciento de los votantes de ambos partidos son centristas puros, y en los extremos, izquierda y derecha, sólo están el 6 y el 7 por ciento, respectivamente.
Interesante: o José Luis Rodríguez Zapatero acaba de leer a Wert, o el desastre al que llevó al país y al PSOE con su izquierdismo exhibicionista le hizo reflexionar, porque ahora le recomienda ese centrismo a Rubalcaba, que parece estar radicalizándose.
Aunque también hay dudas sobre el wertajismo, la imagen personal de este exdirector de la empresa Demoscopia, cuando una encuesta de Metroscopia, la competencia, lo señala como el ministro peor valorado, en lugar de estar en el punto contrario, en el que aparece Ruiz-Gallardón.
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No se nada sobre las teorias de Wert, pero me consta que son demasiados los periodistas o comunicadores, o como se les quiera llamar, que pretenden vender como extremismo casi todo lo que habita fuera de la mediocridad y de las consensuadas corrientes de opinion reinantes y apabullantes.
Por poner un ejemplo de la clase politica, yo no sabia tampoco apenas nada de la UCD, pero vi estos dos ultimos anhos a algunas viejas glorias de este partido interviniendo en algun debate televisivo y me parecieron todos tontos de campeonato mundial, un desastre de inutilidad absoluta. Estremecedor. Impactante. Escalofriante. No hay palabras.
De todos modos, al dia de hoy para ser extremista een este pais basta con decirle ladron al ladron, delincuente al delincuente, asesino al asesino, etc.
Si se quiere poder decirle delincuente al delincuente en Espanha es mejor no informar ni opinar sobre nada y dedicarse para poder hacerlo en exclusiva a la novela.
Publicado por: noespaisparadecentes | miércoles, 07 marzo 2012 en 18:50