Artus Mas, el presidente catalán que busca incansablemente motivos para exprimir lo más y mejor posible al resto de los españoles, acaba de patrocinar un estudio según el cual cada catalán aporta anualmente 2.251 euros más al Estado que los que recibe, motivo natural para el secesionismo y la independencia.
Cataluña está explotada por España, dice. Cataluña, que es un ideal que abarca Els Segadors, el apacible botiguer, el inigualable caganer y la sublime sardana, sometida a unos bandoleros vestidos de flamencos.
La Patria oprimida, pisoteada por la infame bota de Madrid, y últimamente del Real Madrid apoyado por árbitros traidores, como descubre la barretina mediática, rival de la carverna mediática madrileña.
Una imagen para que los niños odien al tirano. Así se construye una nación. Creando tópicos y agravios, y obviando lo fundamental: que el setenta por ciento de lo que producen los ciudadanos de Cataluña se compra en el resto de España.
Una parte notable de los bienes españoles se produce en Cataluña. Esa es la base de su bienestar y por qué cada catalán, que vive de comerciar por todo el país, debe aportarle al Estado una cantidad superior a la media.
De esta manera los 40 millones de españoles no catalanes sostienen la riqueza catalana, cuyos productores obtienen no 2.251 euros anuales más, sino seguramente 10.000.
En cualquier país serio, como Alemania, ningún jefe de gobierno de un Lander se queja porque sus ciudadanos aportan más que los de otro Lander al Estado.
Al contrario que secesionistas son unionistas, como hicieron con la Alemania excomunista. Y están orgullosos de que su productividad permita prosperar a los alemanes de otras regiones, porque eso les hace prósperos a ellos.
Los nacionalistas quieren sorberle los jugos a los demás al modo de Drácula. Y como desangren a sus proveedores de plasma tendrán que quedarse enterrados eternamente por falta de alimento.
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Mi familia materna es catalana, y cuando era pequeña iba todos los veranos con ellos.
Ya entonces existía esta mentalidad, y en varias ocasiones tuve malas caras por decir en alto que yo me sentía "española", en los momentos en los que se hablaba de este tema (y que no fueron pocos).
Pude ver como a los niños nacidos en estas familias ya se les lava el cerebro desde pequeños, y ellos emulan el comportamiento de sus padres. Una vez son mayores y conscientes de la situación, puede que cambien de parecer, pero muchos siguen con los ojos cerrados.
Y eso sin contar que en diversos mapas, anuncios y eventos se apropian de las Islas Baleares, como si fueran una extensión más de Cataluña (els Països Catalans).
Y respecto al tema del idioma, lengua, dialecto, o como se le quiera llamar, prefiero ya no mencionar nada, porque es un caso perdido.
Publicado por: Davinia | miércoles, 14 marzo 2012 en 16:46