Los que situaron a Zapatero como líder socialista y de una España que para él era “discutida y discutible” se le alejan ahora para salvarse del desastre al que abocaron al PSOE y al país, aunque sus desatinos los perseguirán durante muchos años.
En ausencia de una ideología socialdemócrata adaptada a la mundialización, se dedicaron a aplaudir las ocurrencias que iba teniendo el líder, como la de resucitar la II República y la guerra civil, o la de embarullar tanto la situación de Cataluña o de los derechos de ETA que desordenaba el país moral, económica, estructural y geoestratégicamente.
Era un artificiero de feria vendiendo la Ley de Dependencia, inviable en una crisis económica, la nada eficaz de Violencia de Género, o la del matrimonio homosexual como Ideas Revolucionarias Salvadoras del Mundo (IRSM).
En el exterior, y por huir de Irak sin una mínima cortesía con los aliados, se volvió un paria internacional, pese a que sus “cheerleaders”, los periodistas que ahora reniegan de él, tantos que habrá que escribir un día acerca de ellos, y l os ministros, especialmente las ministras de cuota, que agitaban sus pompones para ocultar la pobre valía de todos, a veces solamente con estudios primarios.
Una “cheerleader”, la exministra de Cultura, Carmen Calvo, exige ahora que rindan cuentas los responsables de su debacle electoral y denuncia que los liderazgos personales “acaban siendo pocos democráticos”: ella, que decía “el dinero público no es de nadie”, repartiéndolo alocadamente a los amigos.
O el ministro de Sanidad, Bernat Soria, autoproclamado sabio que resultó un bluff, que pedía el Nobel de la Paz para Z.
Todos lo halagaban mientras él, un niño en perenne fiesta infantil, vaciaba el tesoro y el prestigio del país.
La debacle no fue sólo de Zapatero. Fue de todos los socialistas que ahora, ingratos, reniegan de quien los alimentó espléndidamente durante casi ocho años.
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SALAS, con algún recordatorio y sus consecuencias
Voltairo alias Nemigo. Desde simpre ha habido parejas homoseuxles pero nunca ningun estado ha invertido el dinero del contribuyente opara proteger o reconocer esas parejas que a diferencia de las heterosexuales no contribuyen a la perpetuacion de ls sociedad y por tanto son cosa puramente privada y al estado le traen al pairo. Por elo ni en Esparta, uan sociedad en que la experiencia homosexual era mas o menos obligatoria ni en la Roma de Hadriano el cual convivia abiertamente con un hombre instauraron el matrimonio homsexual. Solo a un ladron de fondos publicios como Zapatero se le podia ocurrir tal cosa.
Por lo demas le recuerdo que los tribunales no tienen el poder de hacer leyes ni de instaurar formas de matrimonio.
Publicado por: JFM | lunes, 12 diciembre 2011 en 17:09