Hecho público el sueldo de los Reyes, por fin sabemos que no están entre los españoles mejor pagados, incluso que ganan menos que los pilotos de Iberia con iguales años de servicio o que numerosos controladores aéreos.
Ah, nos decimos, pero los reyes viven en un palacio y tienen los gastos pagados; y es cierto, pero los pilotos van a buenos hoteles y con todos los gastos pagados también.
En los 1950 y y1960 algunos compraban en las tiendas más caras de París, Londres o Nueva York joyas y perfumes de precios prohibitivos en España, que se vendían de vuelta, como buena fayuca, para lograr mayores ingresos.
Los comandantes de los cuatrimotores Super Constalation que atravesaban el Atlántico iban rodeados por una corte celestial de azafatas más atractivas y delicadas que las Miss Mundo; y además, más inteligentes y preparadas: por ejemplo, eran de las pocas personas que, como los pilotos, hablaban distintos idiomas.
Media España elegiría antes ser piloto de la vieja Iberia que ser príncipe Juan Carlos, sometido a las comidas cuarteleras del Caudillo y a la vigilancia de su espionaje.
España soportó a Franco hasta su muerte sin una revuelta, quizás porque en el fondo es monárquica: parece necesitar una figura que la pilote, aunque mejor democráticamente, como ahora, que dictatorialmente, como antes.
Hasta hay paralelismos: el Parlamento nombrado por Franco se ponían en pie para vitorear a su Caudillo; el elegido democráticamente, con el republicano PSOE incluido, aplaude entusiásticamente en pie a un Rey que se limitó a sugerir que la ley es igual para todos, incluyendo su yerno.
Mientras, los pilotos de Iberia hacen huelgas porque ya no viven ni vivirán más como antes, cuando eran los Reyes del aire y de la tierra.
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Efectivamente, los pilotos, sobrecargos, azafatas y auxilares de vuelo de los 70 y 80 eran auténticos fayuqueros.
Publicado por: jemarba | viernes, 30 diciembre 2011 en 16:49