Los nacionalistas catalanes han empezado agresivos con Mariano Rajoy exigiéndole, primero, un pacto fiscal como el vasco y navarro, y luego una relación bilateral entre ellos y el Estado, como si fueran iguales una región y el país que la alberga.
Rajoy, siempre tan moderado, no les advirtió que ellos no son Cataluña aunque se presenten como tal, sino representantes de una parte de la población que si conociera la verdadera relación económica de su región con el resto de España quizás no los votaría.
Porque la prosperidad catalana –como la vasca—depende de lo que compra toda España en esas regiones que son parte de un cuerpo, como lo es una pierna o un brazo de un ser humano.
Las empresas catalanas alcanzan actualmente un superávit comercial anual con el resto de España de unos 25.000 millones de euros, mientras que su balanza con el extranjero presenta un déficit de unos 10.000 millones de euros.
Los demás españoles, pues, al comprar productos catalanes subvencionan su déficit exterior, dejándole aún 15.000 millones de euros.
El problema no es el de la balanza comercial sino que los nacionalistas no entienden el concepto de que las regiones o comunidades no son las que pagan impuestos, sino las personas.
Y si los catalanes poseen un nivel de vida superior al del resto de los españoles, con excepción de madrileños, vascos y navarros, es por sus exitosas empresas, cierto, pero también por el consumo de los otros españoles y las gigantescas inversiones estatales, especialmente del franquismo, incluyendo el pozo sin fondo durante décadas de Seat.
Si Rajoy se lo recuerda a Durán y Lleida demostrará que es un gobernante valiente y sin ambages con quienes sólo chantajean por dinero al Estado para dilapidarlo cultivando identidades separadoras.
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Dice usted, don Manuel, que los nazionalistas no entienden el concepto de que son las personas las que pagan y no los territorios. Yo creo que lo entienden perfectamente, otra cosa es que no les interese mostrar que lo entienden para así seguir vendiendo la moto. Que estos tíos tendrán muchos defectos pero la tontuna no es uno de ellos, como vienen demostrando desde hace décadas.
Y sobre lo que hará Rajoy, pues no se, pero la verdad no tengo muchas esperanzas en este tema, pues hasta el momento sólo se le han escuchado palabras de apoyarse en ciu para gobernar y cosas por el estilo. Como si aún creyera el mantra ese de la " integración de los nacionalistas" en el proyecto común y todo ese rollo. Que si bien hace años aún podía colar, hoy día después de casi cuarenta años de engaños y tomadura de pelo hay muchos, creo y espero, que ya se han percatado del cuento.
Publicado por: escéptico | miércoles, 21 diciembre 2011 en 16:48