Normalmente todo familiar circunstancial, sin la sangre de un gran creador, entrega a una fundación pública su legado, archivos, cartas, libros, fotografías, para popularizarlo y facilitar el estudio de sus admiradores.
La vida de Miguel Hernández, uno de los grandes poetas españoles del siglo XX, muerto a los 32 años en Alicante, preso por haber sido republicano, fue dura y a la vez grandiosa.
Cabrero de Orihuela, descubrieron su genialidad sus maestros. Pero a los 15 años debió volver a cuidar cabras obligado por su padre, hasta que sus poemas escritos entre los animales lograron la admiración de los mayores autores españoles de los 1920.
Le facilitaron trabajo en Madrid y subió a la cumbre. Se casó con su novia del pueblo, inspiradora de sus grandes versos de amor, y luchó contra Franco.
Detenido, liberado y vuelto a detener, fue a prisión, donde murió de tuberculosis en 1942.
Su esposa murió en 1987. Su único hijo vivo, Manuel Miguel, falleció en 1984. De Manuel Miguel quedó una viuda, Lucía Izquierdo García, que descubrió cómo sacarle partido al legado del poeta de izquierdas que quería que su obra quedara para la gozara el pueblo, sin condiciones.
Pero la nuera no lo donó o cedió a precio simbólico, sino que aprovechó la generosidad económica del culturalista PSOE para rentárselo al ayuntamiento de Elche por 150.000 euros anuales, revisables cada 20 años.
Desde junio, el nuevo y arruinado ayuntamiento del PP, partido siempre contra la cultura, decidió no pagar el alquiler acordado por su antecesor socialista.
Afirma que el legado debería haberlo donado Lucía Izquierdo, que sin haber conocido al poeta gozará siempre de sus derechos de autor.
La izquierda grita contra la insensibilidad pepera, a pesar de que debería estar contra la explotación de derechos que no se han ganado, y la nuera ha denunciado a Elche por ruptura del alquiler que le permitiría a toda una tribu de necrófagos vivir ad aeternum del poeta muerto.
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Día de Todos los Santos, bis.
En el arte de vivir del muerto, gracias a un amplísimo sector mostrenco y patibulario de la izquierda española, España es la primera potencia mundial.
Estas innúmeras tribus de la siniestra española viven y pretenden seguir viviendo de Franco para estar por encima de todos los demás españoles, otorgándose a sí mismos privilegios políticos, sociales y económicos interminables de todo orden, tanto en materia de derechos como de deberes, durante la mayor cantidad de siglos posible (aparte de que su casta política sube como la espuma en su ascendencia económica y social, mientras hunde a España en la miseria, con feroz implacabilidad, cuando hace uso y disfrute del poder).
Publicado por: no es país para decentes | martes, 01 noviembre 2011 en 12:45