Si usted quiere organizar una conferencia de paz, sobre el cambio climático, el espiritismo o la sexualidad, sólo tiene que preparar un presupuesto que, si es generoso, logrará titulares mundiales.
Si es tacaño, como el de la conferencia convocada por ETA en San Sebastián, tendrá audiencia geográficamente limitada. Se han esforzado poco los Fondos Reservados.
Imaginemos que usted quiere montar un congreso ya no sobre cómo ETA va a dejar de matar sin rendirse al Estado, con la cabeza alta y perdonándonos la vida, sino sobre la paz planetaria, una nueva Alianza de las Civilizaciones más rumbosa que la de Zapatero.
Se va usted a las páginas web de las empresas Speakersbureau.es o de Kaleidom, entre otras, y desde allí puede estudiar el mercado de mediadores y contratar a Bill Clinton, Helmut Kohl, Henry Kissinger, John Major, Mihail Gorvachov, Shlomo Ben Ami, Jacques Chirac, Lech Valessa, Al Gore, Paulo Coelho, Felipe González o José María Aznar.
Porque estos y otros personajes de la política o del artisteo, lo mismo Paul McCartney que la Pantoja, se venden como “speakers” y participantes en congresos.
A Bill Clinton le pagan por aparecer en un torneo de golf organizado por Toyota 500.000 euros, aparte de viajes en avión privado, hoteles, comidas y quizás algún lewynskeo.
Por una Conferencia de Paz como la de San Sebastián cobraría algo más, 700.000, porque no se divertiría con los palos.
Los etarras se han traído a Guipúzcoa a corruptos, inútiles como políticos, y un terrorista, gente devaluada, de tarifa barata: Kofi Annan, Gerry Adams, Pierre Joxe y segundones parecidos.
El más caro es el exsecretario general de la ONU: Kofi Annan ni siquiera llega a los 80.000 euros, poco más que Aznar, que ahora cotiza mejor que Felipe González porque ya habla bastante inglés.
Qué menos que haberse traído a Clinton y Gorbachov para esta claudicación del PSOE, que tenía allí a Eguiguren aplaudiendo. La tragicomedia de San Sebastián habría tenido más empaque con ellos.
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Con la violencia perdemos todos. No se entiende eso de rendir y entregar. Si lo que quieres es que te digan que se han equivocado... eso ya lo sabemos todos (ellos también) Humillar al derrotado nunca ha sido una buena téctica. Ni sirve para nada.
Generoso en la victoria ese debería ser el lema.
Publicado por: de que hablas | martes, 18 octubre 2011 en 09:35