Es muy difícil encontrar alguien ajeno a la farándula, el deporte, lo chabacano o lo antisistema, con aceptable nivel cultural o sociopolítico, que se exhiba condecorado con un tatuaje como hace Elena Valenciano, la directora del Comité Electoral del PSOE.
Aparece ocasionalmente con los brazos descubiertos, en uno de los cuales muestra un gran grabado circular con signos de nigromancia modelo perriflautas del 15M: por eso halaga más a esos anarquistas asamblearios que a las mortecinas Juventudes Socialistas.
Muchos adolescentes se tatúan, pero algo más mayores borran u ocultan esas mutilaciones para que nadie las tome como degradantes signos de su mala cabeza.
Pero esta señora, siendo ya medio centenaria, 51 años, exhibe su marca y deslenguada vulgaridad de echadora de cartas.
Desconoce que no inspira respeto entre unos ciudadanos que esperan dirigentes dignos, no charlatanes astrólogos televisivos, y demás frikis.
En occidente sólo unos pocos notables se tatúan para señalar la ferocidad de su linaje: los miembros de casas reales, especialmente la británica, que sirvieron en la Marina. Se graban coronas, veleros y anclas.
La gente marcada como Valenciano revela vulgaridad cercana a la del “Amor de madre” de las penitenciarías: el signo de honor de presidio, que va proclamando violencia y vidas con noches peligrosas.
Que nos representen personas así, tan insolventes e inoportunas, crea desconfianza en esos mercados que pueden dejarnos sin crédito.
Asombra que Valenciano asesore al candidato Rubalcaba. Representa lo contrario de la honorabilidad que quiere imprimir el aspirante socialista a primer ministro, personaje que gustará o no, pero que no parece macarra.
Elena Valenciano, sin profesión conocida, que fue incapaz de acabar carrera alguna aunque inició dos, nos dice con ese tatuaje que sus valores son patateros, chulescos y esotéricos.
Nos pone entre la espalda y la pared, qué tortura.
-------
SALAS no enseña cómo va el país con gente así.
Aparte, aquí está la musa de la crónica de hoy. Es una pena no tener fotos de la marca de esta mujer en medio de los expertos electorales estadounidenses del Partido Demócrata. Con ellos está otro genio del zapaterismo, el exministro Jesís Caldera, que atrajo millones de inmigrantes indocumentados.
Aunque la mona se vista de seda...
Miedo dan los palurdos con traje, las analfabetas de punta en blanco. Esos sí son peligroros. Peligro en su ignorancia pintada de dorado. Dorado falso. Profesionales de título sin experiencia conocida y que lo único que han dirigido ha sido el coche que su papá les compró. Vividores de empresa familiar. Parásitos de todo y de todos.
Esos sí tienen peligro. Peligro tatuado en su caradura.
Publicado por: Pijo Tero | sábado, 06 agosto 2011 en 12:08