Al tratarse en Cuba de un cáncer y no en Venezuela, Hugo Chávez le ha demostrado a sus 29 millones de conciudadanos que, tras haberlos gobernado trece años, desde 1998, la medicina de su país, con centros de excelente calidad antes de su llegada al poder, no tiene esos medios ya para combatir un tumor.
Pretende alabar el comunismo. Pero debería saber que vive gracias al odiado imperio, EE.UU., donde se crearon los sistemas de detección temprana de tumores, la cirugía, quimioterapia y la radioterapia que le han aplicado en La Habana.
Quizás desconoce que la gran mayoría de los avances de la medicina moderna se deben a una estadounidense negra, Henrietta Lacks (HeLa), fallecida de cáncer en 1951, con 31 años de edad, cuyas células tumorales resultaron ser inmortales.
Conocidas como células HeLa, se extrajeron en el hospital Johns Hopkins de Baltimore. Desde entonces se reproducen inacabablemente y son básicas para toda investigación genética.
Desde el Hopkins se enviaron cepas a investigadores de todo el planeta. A ellas se le deben los tratamientos del cáncer, pero también la vacuna de la polio, la quimioterapia, la clonación, la cartografía genética, incluso la fertilización in vitro.
Las HeLa no faltan en ningún laboratorio. Es asombrosa la lista de males curados gracias a ellas, como señala la periodista científica estadounidense Rebecca Skloot en su libro, recién aparecido en España, “La vida inmortal de Henrietta Lacks” (Temas de hoy). Léalo: es más apasionante que cualquier novela actual.
Hay otro aspecto interesante de la peregrinación cubana de Chávez: el Consejo Superior de Investigaciones Científicas español (CSIC) ha establecido un ranking de la calidad de los hospitales de todo el mundo.
El mejor cubano, el Universitario Lenin, es el número 25 de los latinoamericanos y el 1.145 mundial: poca cosa para tanta propaganda.
El libro:
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James G. Skinner vuelve a facilitarle a sus lectores de habla inglesa en lal revista Hackwriters su visión de la España actual tras el anuncio de elecciones generales. Un análisis frío, como es habitual en los observadores anglosajones, y dolorido, por el afecto que le ha adquirido al país donde vive.
Como se dice de jack el destripador: vayamos por partes:
Los avances en medicina son logros de la humanidad. Queda como ejercicio.
Cuando en áfrica se morían de sida y siguen muriendo la solución pasó por producir medicamentos pero... ay ese pero: estaban patentados (dejamos como ejercicio demostrar que las patentes son logros de la humanidad) Dinero o salud? Triunfó la razón y se pudieron seguir produciendo medicamentos sin pagar patentes. Pagos que los pobres no podían afrontar.
Si la medicina en Venezuela está hecha uno zorros es por el embargo de EE.UU. Pero no sólo por no poder comerciar y utilizar tecnología de EE.UU. es que se llega más lejos impidiendo a los demás que den esos productos necesarios.
En cuanto a las valoraciones hospitalarias. Habría que ver los parámetros seguidos para hacer el baremo. Recordemos que un país pobre no puede afrontar investigaciones. Que por otra parte es imposible de rentabilizar sin las prostitutivas industrias farmacéuticas.
Publicado por: bacilo | martes, 02 agosto 2011 en 18:32