Dinamarca ha anunciado el cierre de sus fronteras a sus vecinos Alemania y Suecia para evitar la entrada de inmigrantes africanos y asiáticos indocumentados procedentes de esos países, cuyo número creciente y demanda de servicios amenaza hundir su estado del bienestar.
A esta postura se le llama nazi o fascista desde antenas supuestamente progresistas pero ajenas a los problemas de una sociedad en la que sus naturales más necesitados pierden ayudas porque los recién llegados absorben los mayores fondos de solidaridad.
Por otra parte, ya no hay mercado laboral para nuevos inmigrantes, que deben vivir de subvenciones estatales, de la caridad y, algunos, de la delincuencia.
Los nacionales que se sienten perjudicados impulsan la progresiva xenofobia que crea partidos hostiles a los indocumentados.
Aparte, en muchas zonas de Europa se rechaza radicalmente la organización social de numerosos inmigrantes, hostiles a los hábitos de sociedades avanzadas en el trato humano, especialmente con la mujer.
Así, crecientes masas de los 500 millones de habitantes de la UE, que también tienen problemas con sus propias identidades, se cierran ante la idea extrema de verse como objetivo de mil millones de posibles inmigrantes africanos, muchos musulmanes.
Culpar al colonialismo de la pobreza africana o de los países islámicos repite el pensamiento judeocristiano sobre el pecado y el castigo, modernizado por Marx.
Los imperios europeos explotaron África y a esclavos africanos, pero muchas de las propias sociedades africanas eran antropófagas a su llegada, y algunas son aún hoy, esclavistas.
El horror sufrido de europeos, que llevaron alfabeto y agricultura moderna, fue inferior al infligido por otros africanos, especialmente árabes.
África está explotada por sus propios sátrapas, antes liberadores. Los africanos colonizados por España, los saharauis y los guineanos ecuatoriales, eran más libres y prósperos que ahora, cuando sus territorios eran colonias. Incluso bajo el franquismo
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El artista es un irónico bellaco. Cree que el Gobierno pagó. La viñeta siguiente permite muchas interpretaciones.
Dice I. Escolar, que a veces razona:
¿Alguien se planteó en Estados Unidos que el estado de California se viese obligado a abandonar el dólar cuando su administración se declaró en bancarrota, hace dos años? Por supuesto que no. ¿Alguien se planteo limitar la libre circulación de personas dentro de EEUU durante la crisis de los balseros cubanos? De nuevo, no. California es a EEUU como Grecia a Europa, o los balseros cubanos que llegaban a Florida como los refugiados tunecinos a Italia; y las respuestas que han dado los socios europeos ante ambas crisis cierran esta terrible ecuación al demostrar empiricamente por qué EEUU es esa verdadera unión que Europa jamás será.
Publicado por: Enêko | sábado, 14 mayo 2011 en 15:35