Si se cumple en las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo la caída del PSOE prevista por las encuestas, quedarán en el paro muchos millares de zapateristas sin otro oficio o beneficio que la política.
Para evitarlo, sus estrategas y aliados mediáticos estudian, sobre todo, cómo mantener esos puestos de trabajo.
Conocen el secreto del triunfo. Se lo reveló Zapatero a Iñaki Gabilondo en 2008, sin saber que los grababan: “Necesitamos crear tensión”.
Están tan preocupados que acaban de recuperar a varios de los especialistas en prensa y propaganda de los primeros años 2000, maestros en el agitprop para fabricar irritación popular contra el PP. Se habían ido a empresas afines, pero no cdirectamente implicadas en las campañas electorales.
Sus acciones comenzaron en mayo de 2000, cuando el submarino nuclear británico Tireless recaló en Gibraltar para una reparación. Las protestas contra Aznar fueron grandiosas, pero con los gobiernos Zapatero entran allí submarinos similares sin consecuencias, e incluso crece el Peñón invadiendo aguas españolas.
Llegó el Prestige, petrolero-chatarra hundido mar adentro en 2002 para que no arruinara las rías gallegas. El agitprop fue histórico, digno de Goebbels, sabiendo que nadie habría hecho algo distinto.
Meses después, el “No a la guerra” de Irak, a la que los españoles habían ido tras culminar la invasión angloamericana, y en misión de reconstrucción con casi cuarenta países más.
Entre tanto, Zapatero ha duplicado el número de soldados en Afganistán, que tienen que combatir, y ha mandado militares a la guerra civil de Libia. Ni palabra de protesta.
Recordemos los atentados del 11M cuatro días antes de las elecciones generales, obra maestra de la explotación del terrorismo en beneficio propio.
Como el futuro parece feo, volverá el agitprop: deberán tensionarse especialmente las CC.AA. gobernadas por el PP.
Aunque el ambiente popular no ayuda, podríamos ver disturbios en Valencia o Murcia, o desbarajustes intencionados en la sanidad y el Metro madrileños.
Serían medios ideales para crear tensión, y si esta no aparece no será por falta de voluntad sino porque han fallado todas las fuerzas.
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SALAS en El Correo Gallego retrata la campaña
Y ya sabe que el exministro quiso entrar en la Feria arrasando con su coche, el muy flamenco.
Confío en que esta vez la agitación se vuelva contra ellos; se lo merecen por tramposos, por practicar el juego sucio, por su pretensión de ganar a cualquier precio. Están ya tan vistos que resulta difícil que sus caras puedan engañarnos. Seguirán engañando a los suyos, claro; pero es que los suyos son tan tramposos, tan practicantes del juego sucio, y tan amigos de ganar a cualquier precio, como ellos.
Publicado por: Tío Chinto de Couzadoiro | jueves, 12 mayo 2011 en 15:52