Se ensañaron con Marta Domínguez acusándola de usar y vender drogas, sustancias dopantes. Noticias exclusivas, una tras otra, y no de un periódico cualquiera, sino del más poderoso de España, que se presenta como modelo de rigurosidad.
Ocurrió a principios del pasado diciembre. Como siempre, El País gozaba de datos privilegiados proporcionados por el Ministerio de Interior sobre la presunta delincuente Marta Domínguez, actual campeona mundial de 3.000 metros obstáculos.
Con Marta Domínguez hubo un ensañamiento especial. La atleta, ganadora muchas veces, también de distintas pruebas de entre 1.000 y 5.000 metros, era una gran pieza de la caza, porque es una connotada militante del PP.
Una campeona no puede simpatizar con la derecha. Debemos destruirla, ensañarnos con ella, labor a la que se unió “Público”, el diario que rivaliza con “El País” por los favores del gobierno zapaterista.
Al contrario, los conservadores, empezando con “ABC”, fueron mucho más prudentes. Quizás usaron cánones éticos más estrictos porque Marta es del PP. No es fácil saberlo, pero fueron dignos.
Entre tanto, la vida esforzada de esta mujer quedaba destruida. Los lectores comentaban en los periódicos atacantes “¿Qué puede esperarse de una ultraderechista?” Para esta nueva secta quien no ame a Dios Zapatero y sus profetas es un fascista que merece la muerte civil.
Ahora resulta que las acusaciones contra Marta están disolviéndose. Las confidencias de Interior a los periódicos para destruirla no convencen a los jueces, de momento. Muchas de las drogas eran productos legales, de herbolario.
No hay nada peor que un gobierno decidido a triturar a los indefensos ciudadanos que no lo aman usando como máquina del terror los medios informativos más poderosos.
Este Gobierno ha ejecutado a Marta con sobredosis de noticias letales inyectadas en vena, una terrible pena de muerte.
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Una crónica sobre el caso. El pasado diciembre el cronista se hizo eco de las noticias sobre el caso. Lo que más le llamó la atención en ese momento no fue la procedencia de la información ni los medios que la divulgaban, sino el ensañamiento de los periódicos deportivos con los atletas acusados. Por eso escribió Deportistas dopados.
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SALAS: a veces hay que sospechar de ciertas marcas.
Es simpatizante del PP y por tanto culpable.
No hacen falta más pruebas.
Si hubiera sido de los de la ceja no le habría pasado. Ella se lo ha buscado.
Publicado por: Espectador | lunes, 25 abril 2011 en 13:38