En Ronda, Málaga, existe posiblemente el único museo del mundo dedicado a los bandoleros, y una empresa de gaditana, Bandoleros Tours, ofrece distintos modelos de asaltos al estilo de José María el Tempranillo para actuar en bodas, congresos y convenciones en Andalucía, aunque se brinda también para atracarle en cualquier parte de España.
Pero en la misma Andalucía hay otra empresa bandolera más eficaz. La forman numerosos políticos con cargos públicos con base en Sevilla.
Si usted va a esa capital, ya cae en manos de los bandoleros. Porque usted come, y quienes habían distribuido previamente su alimento, importantes funcionarios de Mercasevilla, son fundamentales para el bandolerismo andaluz.
Gracias a la corrupción de Mercasevilla algún juez y periodista, con la inhibición inicial de la Fiscalía, fueron descubriendo que prácticamente toda la estructura política de Andalucía estaba carcomida por bandoleros.
De momento, electos socialistas y comunistas: el alimento podrido empezó a oler tras una pantagruélica mariscada en Bruselas de Antonio Rodríguez Torrijos, primer teniente de alcalde sevillano, de IU, implicado en ventas irregulares de terrenos en Mercasevilla.
Tirando de ese hilo descubrieron casos mayores: chantajes a empresarios, demanda de comisiones, protección a los conmilitones, y siempre Manuel Chaves y su familia numerosa de hermanos, hijos y protegidos, como el pulpo que indicaba cómo triunfar.
Nepotismo, enchufes, corrupción, sindicatos que ganan grandes cantidades poniendo en la calle a trabajadores, o protegiendo con los ERE a quienes nunca trabajaron.
Ahora, para orgullo nacional, y como si aquí todos fueran los Corleone, el Fondo Social Europeo ha suspendido las ayudas previstas para Andalucía por gravísimas sospechas de fraude. Sólo falta un Francis Ford Coppola para seguir la serie de El Padrino a la andaluza.
Los bandidos de la Sierra Morena eran unos inocentones que malvivían peligrosamente pasando mucha hambre. Los de ahora tienen poder omnímodo para atracar a todo ciudadano.
Quien quiera montar en Sevilla el Museo del Político Bandolero tendrá que pagar protección y comisiones.
Nota: El cronista ha tratado de ilustrar hoy algunas de sus afirmaciones enlazándolas con notas de prensa que las ratifican. Le gustaría hacerlo todos los días, como se lo solicitan algunos comentaristas, pero es un trabajo que exige un tiempo del que no dispone habitualmente.
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Estudios culturales, geográficos y sociológicos de SALAS:
Corruptos los hay en todas partes. Eso no es lo grave. Lo grave es que formen bandas y salgan impunes. Eso no ha pasado en Andalucía donde los partidos políticos y sindicatos acusados ya se han mostrado a favor de investigar, juzgar y exigir responsabilidades de todo tipo a cualquier implicado.
Publicado por: equivocado | lunes, 11 abril 2011 en 14:55