Los periodistas que informaron de las últimas guerras yugoslavas, iniciadas en 1991 y aún latentes, sabían que Hashim Thaci, el primer ministro de Kosovo, además de ser un sanguinario terrorista, dirigía una mafia albano-kosovar que traficaba con los órganos de sus asesinados, que vendía en el mercado internacional.
Hubo mil noticias sobre Thaci pero, o no se creían, o no se les prestaba atención: él y sus guerrilleros del UCK eran “los buenos”, víctimas de “los malos” serbios de Slobodan Milosevic.
Nuestro héroe acaba de ser confirmado como jefe mafioso en el informe del Consejo de Europa firmado por el fiscal suizo Dick Marty.
Yugoslavia, que existió entre 1918 y 1991 es ahora siete países diferentes en geografía y religión, herencia de la división iniciada por la conquista otomana, hace siete siglos.
Si fuera viable la Alianza de las Civilizaciones zapateril, la antigua Yugoslavia, con tantos pueblos y tres religiones dominantes, la ortodoxa, la católica y la musulmana, sería su ideal de multiculturalismo.
Pero llevan siete siglos matándose con mayor o menor intensidad, la última vez entre 1991 y 2003, cuando los serbios quizás fueron más genocidas, pero porque eran más, y más poderosos. Los otros mataron también masivamente todo lo que pudieron.
Alemania, que deseaba nuevas áreas de influencia, y la OTAN, ayudaron a católicos y musulmanes, que habían sido aliados de Hitler, contra los ortodoxos serbios, que se enfrentaron al nazismo.
Se creó Kosovo en 2008 separándolo de Serbia–no reconocido por España ni por países con independentistas--, dándole el Estado al jefe de la guerrilla genocida UCK, Hashim Thaci.
Ahora vemos por fin que en la exYugoslavia buenos y malos eran iguales, con Kosovo regido por “el bueno” de Hashim Thaci, asesino, mafioso y traficante de órganos.
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HACE CINCO AÑOS
Lo que iba a pasarnos casi se podía anunciar hace cinco años. Crónicas Bárbaras comenzó a publicarse en priódicos en 2000 y después también en la red, a partir de 2004. Pero como los lustros y las décadas parecen más redondos que los sexenios, vamos a recordar aquí lo que contaban estas crónicas en las mismas fechas de 2005.
La crónica del 18 de diciembre de 2005 puede leerse pinchando en su título, Boxeo.
Siempre es bueno recordar tiempos relativamente recientes, de dónde venimos y a dónde nos llevan.
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SALAS en Opinión de El Correo Gallego. Quien borra pasado, presente y futuro, porque también olvida las consecuencias a largo plazo de las locuras que se hicieron, podría verse así:
En la guerra matan todos. Algunos atacando y otros defendiendo. Iguales no son, no pueden serlo.
No pienso que un país como la ex yugoslavia pegado con cola sea ejemplo de multiculturalismo. Y menos en un país en que no hay judíos. O quizá sí los hay pero menos.
Publicado por: onuman | sábado, 18 diciembre 2010 en 16:13