Casi todos analistas cavilan sobre cómo le afectará a Zapatero el naufragio del PSC-PSOE, cuando deberían reflexionar sobre cómo le afectó Zapatero al PSOE, que terminará hundiéndose igual que el Prestige que tantos triunfos le dió, como se comprobará seguramente en primavera, con las elecciones municipales y autonómicas.
Aparte de sus decisiones económicas que en gran medida sumieron España en la ruina, otro gran fracaso zapaterista fue su abrazo de hierro con los grupos más radicales del país para sumar votos y adueñarse de todas las instancias de poder.
Los analistas han olvidado que el primer batacazo lo recibió en marzo de 2009 al perder las elecciones gallegas, donde el PSOE gobernaba con el BNG, una coalición nacionalista tan anárquica interiormente como el camarote de los hermanos Marx.
Mientras, Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos, le proponía a Batasuna, la rama política de ETA, que rechazara la violencia, y que así gobernaría Euskadi con el PSV-PSOE, como en Galicia se hacía con el BNG, y en Cataluña con ERC.
Una forma de obtener poder egoísta, populista y cortoplacista propia de Zapatero, como lo describen hasta los americanos en WikiLeaks, que ha corrompido moralmente un partido renacido sin hipotecas que cobrar ni pagar en los 1970, y que él devolvió a la Guerra Civil con sus extemporáneas memorias históricas.
Ruina económica, alianzas con quienes pretenden destruir el Estado y confrontación guerracivilista: ese es el legado zapateril.
El PSOE ha sido incapaz de entenderlo porque ahora no tiene militantes, sino vividores en cargos públicos que Zapatero iba ganándoles con su disfraz de buenista amable y cercano.
El viejo partido es hoy una organización entregada al culto a ese gurú, como escribe Hermann Tertsch en su apabullante y recién aparecido “Libelo contra la secta” (Esfera de los libros), y del que habla también un histórico socialista, Joaquín Leguina, en su “El duelo y la revancha”, que acaba de editar la misma editorial.
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DOS BUENAS ADDENDA
James G. Skinner, el escritor británico residente en España ha vuelto a hacer un certero análisis en Hackwriters sobre nuestro país. Debe leerse con tranquilidad, y al final que cada persona juzgue, aunque lo lógico es que se eche las manos a la cabeza.
Y Armando Salas. Hoy he vuelto a robarle su dibujo de El Correo Gallego, el periódico de Santiago de Compostela. Otra vez coincide con una Crónica Bárbara, como esta de hoy sobre el hundimiento del PSOE, que arrastra a España.
Certero Skinner, pero lo que España necesita es que los líderes políticos digan exactamente eso: el rey está desnudo. Lo malo es que en esta parábola el rey son ellos mismos. Y tienen pudor, claro. Me temo que hasta que el Titanic termine de hundirse aquí nadie va a reaccionar.
Publicado por: Ricky Mango | miércoles, 01 diciembre 2010 en 15:09