Se acabó el pleno empleo del que presumía la propaganda cubana, conseguido porque cinco personas recibían sumada la mitad del salario de una, y todos juntos trabajaban por medio obrero.
Más o menos así era el comunismo allá donde se impuso. Comían malamente de la olla grande, como decían en China, y al final, sólo los matones del Partido se saciaban.
Raúl Castro anunció que despedirá al diez por ciento de los trabajadores estatales, el 85 por ciento de los cubanos, y les ha dicho que se busquen la vida.
A la vez, le ha prometido al capitalismo internacional que si invierte allí obtendrá cuantiosos beneficios.
Medio siglo de socialismo-comunismo impuesto por los Castro para volver al sistema que derrumbaron en 1959.
Luego, crearon un país más pobre y menos libre que el de Batista.
Los Castro quieren imitar ahora a los comunistas chinos: lograr una economía capitalista bajo la bota brutal y dictatorial del Partido Comunista.
Pero aspiran a más: como ahora, quieren cobrarle a los empresarios un salario normal por cada trabajador, y entregarle a este la décima parte.
Puro esclavismo, por lo que sería un crimen contra los cubanos invertir allí ahora.
El castrismo está hundiéndose. Lo ratifican incluso los documentos estadounidenses de WikiLeaks, que afirman que tiene dos años de vida.
Todos los que creyeron en el comunismo, en el socialismo, incluso en la socialdemocracia, están comprobando que todo confluye hacia el capitalismo, que del pasado quedan algunas dictaduras y que los estados del bienestar están tambaleándose.
Los sueños y esperanzas en las sociedades comunistas, incluso socialdemócratas –las fascistas también hablaban de justicia social—, se han entregado al capitalismo.
Llegados aquí, habrá que pensar si no conviene que gobiernen los capitalistas de verdad: quizás lo harán mejor.
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Y a este final apliquémosle una visión de SALAS sobre la banca española. En el camino de Cuba hacia el capitalismo, el Estado ya no cobrará comisión por las divisas que se envíen allí. Tendremos bancos comerciales con los que negociar inversiones e hipotecas.
¿Pleno empleo? Como en la España franquista. Duró tantos años por venderse a los yankis. No es más diferente que la Cuba actual, por lo que se ve.
Esa dualidad comunismo capitalismo no existe. Nuestra sociedad tiene mucho de "comunista." Desde la asistencia social, sanitaria, muchos de los servicios de los que disfrutamos. Nadie pagaría por algunas de las ventajas sociales. ¿Alguien pagaría por el préstamo de libros en las bibliotecas? Ah ya, todos que para eso paga el ministerio de cultura derechos.
Publicado por: Private man | lunes, 27 diciembre 2010 en 23:33