Rodríguez Zapatero ha convocado para este sábado a 38 de los grandes empresarios españoles para pedirles que saquen el país del desastre que él no quiso reconocer, lo que retrasó al menos dos años la posible solución.
Esta vez no llama a los sindicatos, sino a los patrones de todas las ramas, algunos del despreciado ladrillo gracias al cual afirmaba que España iba a superar a Francia y Alemania en un plis-plás y que iba a generar pleno empleo.
Los empresarios llegan asustados por los mercados monetarios, que son los que prestan el dinero más o menos barato según las garantías que ofrece un país, y que no especulan: cobran según la solvencia de quien pide los créditos.
Los inversores extranjeros han retirado de España en los últimos seis meses 37.700 millones de euros, mientras en la Alemania de la “fracasada” Merkel logra un índice de confianza empresarial que ya está casi en el 107 por ciento, y el de España cayó al 43.
La llamada de Z. es a su pesar: el pasado día 15 el Rey Juan Carlos recibió a una comisión de esos grandes empresarios que le llevaba un estudio descorazonador sobre la política económica de este Gobierno.
De sus conclusiones se extrae que los políticos son unos inútiles, que impiden la separación de poderes, que la educación es tercermundista; además, la gente se deja gobernar por la demagogia: kakistocracia y oclocracia.
El valor-país se ha despeñado, cuando debería ser seis veces mayor, el sistema electoral sólo agrava los males y vicios nacionales, y las autonomías se han convertido en locas máquinas antropófagas.
Un desastre absoluto e irresoluble con estos mimbres, por lo que la mejor solución es que nos gobierne Ángela Merkel: evitaría que Zapatero nos “eutanasie”.
Si en Alemania nos fijásemos en la situación de la (ex) república democrática veríamos que no hay tal éxito económico, el fracaso social ya ha sido reconocido.
Los "empresarios" españoles no son ejemplo de nada. Recordemos que su patrono era un fracasado con TODAS las empresas en quiebra y como explicación al desastre decía que era culpa de la crisis. De su gestión no decía nada. ¿Cuando había un presunto nivel económico qué hacían estos "empresarios"? ¿Pagaban más? NO, no lo hacían. Más bien era todo lo contrario. Pretendían obligar a trabajar y aceptar su condiciones laborales de miseria. Alguno, pobre hombre, llegó a decir que mil euros no era poco. Porque, según él, al ser una pareja el sueldo que entraba en casa era de casi 400 mil de las antiguas pesetas. Desde europa se lo reiteran: aumentar la productividad. No se enteran. Pagar según los resultados: de nuevo no. Hace unas semanas uno de esos "empresarios" publicaba un anuncio en un portal de empleo. Ponía muy claro los requisitos para el puesto. Uno (el único) puesto en mayúsculas era: buen nivel de higiene. El otro era un cuestionario en que hablando del horario laboral y de unas jornadas de más de 12 horas (sueldo menos de mil euros) era si el trabajador aceptaba eso o pensaba que no era kunta kinte, esto último literal
Publicado por: trabajanor | sábado, 27 noviembre 2010 en 11:27