Hay una fotografía que muestra género de poder que existe dentro del PSOE. Es la de los treinta componentes del Consejo Territorial, reunido el pasado martes en Madrid.
El cronista se la mostró a varias personas preguntándoles qué tenía de particular, y la principal respuesta fue que esos jefes del socialismo español, situados en cuatro filas, tenían en la primera a Zapatero mirando hacia atrás, a Rubalcaba, señalándolo su heredero.
Respuesta errónea. Lo importante era que en el grupo dirigente del aparato central del PSOE había veintisiete hombres y tres mujeres.
Prácticamente todos los barones, llamados como los aristócratas que gobernaban territorios, eran varones. Nueve hombres por cada mujer. La pregonada paridad zapaterista.
Lo apabullante es que para afrontar la crisis Zapatero se había sacado de encima días antes a la fracasada ministra de igualdad, una propulsora del flamenco, y a la secretaria de Organización del partido, a la que cambió por un hombre y la hizo ministra a Sanidad, cargo para el que carece de currículo.
UPyD tendría una mujer más que como baronesa, como reina: Rosa Díez. Y el machista PP, en una foto igual, presentarían el triple de mujeres que el PSOE. Una de ellas, Esperanza Aguirre, es la liberal presidenta de Madrid, que aún dentro de la crisis, es la de mayor renta nacional y en la que convergen mayoritariamente las inversiones, españolas y extranjeras.
Rodearse de señoras como de harén haciéndose fotos para la revista Vogue en poses de casita de muñecas en Moncloa era sólo propaganda para los momentos alegres.
En el actual hundimiento y desastre, las mujeres son una carga para el falso feminismo zapateril.
Aunque mantiene a las tres señoras vestidas de Caperucita, para devorarlas cuando vuelva a tener más hambre.
Hombre, seguro que no estaban las mujeres de la limpieza, las chachas, y demás servicios que disfrutan por arruinarnos.
Ser socialista es un chollo.
Publicado por: atroma | sábado, 13 noviembre 2010 en 09:13