Se diría que Rodríguez Zapatero sufre estos días su propio Perejil. Mohamed VI no toma el islote como hizo en julio de 2002 para probar la fortaleza del gobierno de Aznar, pero parece tantear la debilidad del primer ministro español provocando conflictos innecesarios.
Los desafíos de marroquíes a la guardia civil y a la policía en Melilla --con graves agravios macho-islamistas a las agentes, por ser mujeres--, las reivindicaciones crecientes sobre esa ciudad y sobre Ceuta, y ciertas sugerencias sobre Canarias, ocurren sin que haya conflicto real alguno entre los dos países.
Cuando surgió el de Perejil, Zapatero viajó a Rabat a espaldas del Gobierno a pedir perdón por la dureza aznarista con Mohamed VI, y para conseguir que el Rey fuera su “moro amigo”.
Los españoles llaman “moro amigo” a aquel del que puede fiarse –mientras no se demuestre lo contrario--, lo que da indica qué piensan de los otros.
Prejuicio racista o xenófobo, pero instintivo en la mayoría de los españoles; que son vistos a su vez por los marroquíes como altaneros y ofensivos con ellos.
Prejuicio racista o xenófobo, pero instintivo en la mayoría de los españoles; que son vistos a su vez por los marroquíes como altaneros y ofensivos con ellos.
Desde hace casi nueve meses en España no hay embajador de Marruecos, y Madrid es reticente con el representante propuesto, antiguo dirigente del Frente Polisario y traidor a su causa: la felonía, arma diplomática y de presión tan norteafricana.
Además, hay una aparente neutralidad española en la lucha del fundamentalismo wahabita para controlar las asociaciones musulmanas aquí, y el esfuerzo marroquí por manejar esos grupos y al primer partido político islámico español, teniendo en cuenta que hay al menos 800.000 marroquíes, muy infiltrados por la policía secreta de Rabat.
Queda el recuerdo de que los autores materiales del 11M fueron marroquíes, quizás infiltrados también. Y Ceuta y Melilla: la demografía las hace decrecientemente españolas.
Se entiende el desconcierto zapateril con quien ya no parece su “moro amigo”.
ZP mostró en su día el apoyo al gobierno de Aznar cuando fue tomado por ocupas el islote de Perejil. El episodo de un país del cuarto mundo ocupando territorio de un país del tercer mundo, hazmereir en medio mundo, se saldó como deben saldarse las cosas que se hacen mal y sin base. Está claro que a Marruecos no le interesa llevarse bien con sus vecinos, no solo con España, Argelia es otro ejemplo de enfrentamiento.
Marruecos es el vecino venido del pueblo, traído a la ciudad sin más conocimientos que los adquiridos durante el viaje. No entienden ni donde están ni como es el juego. Recordemos que el papá del actual rey pidió entrar en la CEE. Así que sin horizonde democrático Marruecos pretende continuar como en el siglo XIX, saben que mientras USA los considera aliados y Francia haga de intermediario con la CE no necesita más.
Marruecos tiene el desafío de lograr la asimilación del Sahara. España no sabe apretar por ese lado, lástima.
Publicado por: CeutaMelilla | viernes, 13 agosto 2010 en 17:19