Redimida antes una compañera de su oengé “Barcelona Acció Solidària” y liberados ya los dos cooperantes secuestrados durante nueve meses por Al-Qaeda en Mauritania, es momento de gritarle a todo turista solidario que se adentra en zonas peligrosas aquello de “Nunca Máis”, como con el Prestige.
Que “Nunca Máis” se jueguen la vida porque quieran sentir excitantes emociones, ocultas tras el buenismo.
Porque “Nunca Máis” debemos pagarles los contribuyentes los rescates que servirán para comprar más armas y medios para incrementar el terrorismo yihadista y secuestrar a más exploradores.
Aparte de que estas organizaciones sostenidas sobre todo con nuestros impuestos gastan mucho más en sí mismas y en su bienestar que lo que finalmente donan.
Sus caravanas de todoterrenos, autobuses y decenas de solidarios vacacionando de Coronel Tapioca atraviesan miles de kilómetros consumiendo sólo en su propia aventura viajera muchas veces más que lo que entregan.
Son solidarios que no tienen nada que ver con tantas personas, generalmente de creencias cristianas, que dedican su vida a los pobres o desheredados en los lugares más míseros del mundo.
Tampoco tienen que ver con los bomberos u otros profesionales que corren a ayudar a los pueblos cuando sufren cualquier desastre.
O con quienes sí usan sus vacaciones para enseñar a leer o a curar enfermos o construir viviendas, pero que no van a zonas de guerra o guerrillas, y que sólo llevan como equipaje su voluntad, conocimientos y algunos útiles de trabajo.
El buenismo y la solidaridad internacionales tienen tanta farsa que hasta está bajo sospecha el banco de microcréditos para pobres por el que Mohamed Yunnus recibió el Nobel de la Paz en 2006: la televisión France 24 acaba de mostrar cómo acosa y deja más pobres aún a los deudores que no pueden devolver los créditos.
Nadie va a ningún sitio con la intención de ser secuestrado. Lo ocurrido es más propio de bandoleros y saqueadores. Si secuestran un buque pesquero en Somalia nadie dice nada ni le parece mal que esté ahí gente, como es para ganar dinero.
No seamos meapilas, si no ayudamos a los que lo necesitan su situación irá a peor y esos mismos ladrones que ahora nos extorsionan se irán haciendo con más poder y controlando más territorio. Hace unos años la ONCE recogió material para organizar una expedición de ayuda médica y todos los años son miles los jóvenes del sáhara occidental pasan sus vacaciones en España. Sin ayuda todo irá a peor y cualquier día estarán tan cerca de nosotros que nos preguntaremos cómo han llegado a esa situación. Mauritania está demasiado cerca, no nos conviene una guerra ahí. Marruecos y Argelia son países muy inestables.
Publicado por: TouristSahara | martes, 24 agosto 2010 en 16:43