La Justicia española ha ordenado detener a los tanquistas estadounidenses que en 2003 mataron al cámara con contrato-basura de Telecinco José Couso durante la toma de Bagdad, al disparar a un hotel con periodistas pero también con francotiradores de Saddam Hussein.
Con igual motivo algún juez de Kabul podría ordenar la detención de los soldados españoles que ya han matado a inocentes afganos, aunque el camara fue voluntariamente a Irak y los afganos se encuentran en guerra sin quererlo.
Y este cronista quizás debería pedirle a la Justicia que persiga a los que lanzaban bombas en distintas guerras de las que informó, cuyas explosiones le han robado casi el sesenta por ciento de su audición.
O a la vietnamita que disparó a un coche bien identificado como “Prensa”, y que al matar al chófer provocó un accidente que le destrozó la columna vertebral, dolorosa lesión de la que se resiente frecuentemente, pese a la cirugía.
Miles de periodistas acabaron sin problemas, o como el cronista, o como Couso, al que mataron creyendo que su cámara podía ser un arma como las que les disparaban desde todas partes: las grabaciones de los diálogos entre los tanquistas antes del disparo mortal demuestran su temor, y son públicas.
Quien va a una guerra sabe que puede terminar herido o muerto. Una justicia inteligente ordenaría la captura de los directivos de Telecinco por enviar al cámara a la invasión de Irak con un contrato-miseria eventual y sin seguro alguno.
Al contrario que Julio Anguita, hijo del exdirigente comunista, muerto por un misil iraquí cuando informaba como periodista acompañando a soldados americanos: su familia fue debidamente indemnizada porque tenía un contrato de trabajo adecuado.
Quien va a una guerra sabe que puede terminar herido o muerto. Una justicia inteligente ordenaría la captura de los directivos de Telecinco por enviar al cámara a la invasión de Irak con un contrato-miseria eventual y sin seguro alguno.
Al contrario que Julio Anguita, hijo del exdirigente comunista, muerto por un misil iraquí cuando informaba como periodista acompañando a soldados americanos: su familia fue debidamente indemnizada porque tenía un contrato de trabajo adecuado.
Debería procesarse también a los periodistas que por erróneo compañerismo o para no enemistarse con una empresa que puede darles trabajo, mienten al negar que en la zona del hotel hubiera francotiradores.
Créalo: detrás del caso Couso están una justicia ingenua, desconocedora del periodismo de guerra, la busqueda de indemnizaciones yanquis, y el ¡No a la guerra! contra Bush, Blair y, sobre todo, Aznar y el PP, que apoyaron la invasión de Irak.
No puedo hacer otra cosa que darle la razon en su relato.
Ud. parece no entender que el contrato-basura es más o menos ignominioso depedendo de quien lo ejecuta.
Como todos sabemos, Telebasura, perdon tele 5, critica a diestro y siniestro a la derechona de este país por imnoble y abusona que lo unico que quiere es abaratar el despidos y los salarios.
Cuando los abarata una empresa de las "llamadas de izquierdas" estan justificados. Los malos siempre son otros.
Parece que en este país (no me atrevo a llamar nación para que nadie se moleste)está de moda ser de izquirdas pero actuar como una derecha recalcitrante. Demasiado hipócrita suelto.
Publicado por: Un progre arrepentido | domingo, 01 agosto 2010 en 19:28