El mismo día en el que Zapatero anunciaba una reforma laboral que si fuera de la derecha habría provocado disturbios en toda España, los jefes de UGT y CC.OO. organizaban un mitin revolucionario contra el Tribunal Supremo por encausar a Baltasar Garzón, acusado de querer invalidar la Ley de Amnistía de 1977.
El acto homenajeaba al juez, uno de los 2.400 que hay en España, y tapaba hábilmente la irresponsabilidad sindical ante los 4,5 millones de desempleados.
Pero Garzón deberá responder también por un presunto cohecho, feo asunto de dinero y abuso de poder de los que pudo beneficiarse, y por haber ordenado escuchas ilegales a los implicados en el caso Gürtel.
El calenturiento acto, celebrado en la Universidad Complutense, evocaba el guerracivilismo de hace siete décadas y estaba protagonizado por una izquierda mayoritariamente marxista-leninista y por el hoy antifranquista exfiscal Jiménez-Villarejo, que juró fidelidad a Franco como acusador del Régimen en 1962.
Tras la muerte del dictador en la cama, la serenidad de las moderadas derechas e izquierdas de entonces y la Amnistía lograron una paz que trajo casi 35 años de democracia.
Luego, bajo los gobiernos de Felipe González se rehabilitaron los muertos, y las víctimas de la represión franquista que lo desearon cobraron indemnizaciones.
Ahora, Garzón explota la innecesaria ley de la memoria histórica zapaterista para volver a 1936.
Vive para los titulares periodísticos. Por conseguir uno de ellos preguntaba si Franco seguía vivo: quizás quería resucitarlo para juzgarlo.
Vive para los titulares periodísticos. Por conseguir uno de ellos preguntaba si Franco seguía vivo: quizás quería resucitarlo para juzgarlo.
Fríamente, el acto de los sindicatos parecía un bronco golpe de Estado contra la Justicia, aunque desarmado: otro 23F contra las instituciones democráticas, con un pronunciamiento marcial de Jiménez-Villarejo.
Golpismo sindical mezclando la izquierda airada y la toga del exfiscal franquista.
El 13 de abril, 13A de Garzón, día del rencor y del odio... Tragicomedia de Martes y 13.
El 13 de abril, 13A de Garzón, día del rencor y del odio... Tragicomedia de Martes y 13.
Qué incómoda resulta la separación de poderes para los defensores de la cheka.
El fiscal general Conde Pumpido ya ha pedido abiertamente que se derogue la posibilidad de que existan "fiscalías paralelas". Sólo debe ser punible lo que la fiscalía socialista decida. Je.
Esperemos que el maltrecho y vilipendiado poder judicial español consiga resistir los embates de los sempiternos enterradores de Montesquieu.
La independencia y credibilidad judicial de nuestra nación está en juego, tanto con los tres casos de prevaricación del juez-político Garzón en el Supremo como con la inconstitucionalidad flagrante del Estatuto catalán en el Constitucional.
Publicado por: Irómeno | jueves, 15 abril 2010 en 15:29