Quizás el Partido Popular no saliera beneficiado, sino perjudicado, por la trama Gürtel, pero lo que parece cierto es que su amigo Francisco Correa y casi ochenta responsables de nivel medio y alto de ese partido lograron ilegalmente beneficios económicos y carnales gracias a sus responsabilidaes políticas.
Era fácil hacerlo: al controlar presupuestos de ayuntamientos, diputaciones y alguna Comunidad Autónoma, entre unos y otros se repartían contratos y comisiones.
No se trata aquí de establecer la suma en millones de euros que ganaron, que siendo elevada se desconoce exactamente, sino de ratificar que quien alcanza poder político enseguida parece sentirse tentado por aumentar sus cuentas corrientes y sus placeres.
El caso Gürtel, palabra en alemán que significa correa y cinturón, usada inicialmente por Garzón como clave investigar a Francisco Correa, se basaba en que los regentes de fondos públicos le concedían contratos ilegalmente a ese empresario hoy detenido.
Lo conocían como Don Vito, y aunque no hay denuncia de violencia alguna, administraba sus negocios como el Padrino Corleone, regalando joyas, coches, dinero, viajes y fiestas.
Era un intercambio de favores que daba caudades y caras delicias con hermosas odaliscas, según las pruebas, aunque algunas se han invalidado por los espionajes ilegales que ordenó Garzón.
Uno de sus centros de operaciones era el Club Pigmalión, lujoso local frecuentado por espectaculares señoras vestidas en las mejores tiendas de la cercana calle Serrano a las que invitarlas a unas copas puede salir por centenares de euros.
La intimidad posterior abonada por Correa-Gürtel alcanza miles.
La intimidad posterior abonada por Correa-Gürtel alcanza miles.
Así, esos cuadros del PP, que ya tenían poder, culminaban su paraíso terrenal entre dinero y alegres orgías.
Les hubiera sido mejor ponerse unos gürtel de castidad, instrumentos de autocontrol necesarios para estos políticos algo catetos que desean imitar a Clinton o Kennedy.
la clase política en españa no tiene nivel. Hay que asumirlo. Existe tal distancia entre el ciudadano y el político que para ellos somos un grupo de tontos a los que hay que tratar así
No aceptan que son servidores de los ciudadanos. Están por encima de todos y de todo
El PP se equivocó. No supo controlar y vigilar a sus propios representantes Esos reinos de taifas que caciques como baltar o fabra montaron. Ganan elecciones y votos, no miran más. El pp nada hace contra todos los que se acercan a sus siglas para servirse
Publicado por: Nemigo | viernes, 16 abril 2010 en 18:47