Con Fariñas muriéndose en huelga de hambre, el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, y los comunistas españoles volvieron a proclamar públicamente su apoyo a los Castro con iguales argumentos que los franquistas al Generalísimo en sus primeros años de dictadura, marcados por la miseria y el terror.
Impresiona oirles los mismos argumentos que Franco cuando alababa su seguridad social y su enseñanza universal y gratuita, mientras denunciaba ser víctima de bloqueos, insidias internacionales y de la judeomasonería internacional.
Y pese a la falta de libertades, los últimos 15 años de la dictadura del ferrolano produjeron progresos sociales y económicos, mientras Cuba se hunde cada día más en la miseria “por culpa del bloqueo yanqui”.
Falso bloqueo. Sólo es un embargo parcial. Prohíbe que las empresas estadounidenses comercien con el castrismo.
Aún así, EE.UU. exporta alimentos y, sobre todo, divisas de los exiliados. El resto del mundo comercia libremente con esa Cuba de rica tierra que ya no produce, importa hasta los tomates y los frijoles, y tiene como gran industria la venta pública de la carne humana de jineteras y jineteros.
Los castristas presumen, como Franco, de sanidad y educación. Pero el dictador español instauró una seguridad social nunca igualada en ningún país comunista, y menos en Cuba, y alfabetizó el país, pese a la censura. En la universidad los profesores marxistas enseñaban con bastante liberalidad a Marx, Lenin, Trotsky, incluso Mao.
España se acercaba a los estándares europeos de nivel de vida conforme se ganaban libertades. Hubo varios fusilamientos en los tres últimos lustros de crecimiento, pero no de presos de conciencia pacíficos, como los cubanos.
Hasta entre las dictaduras hay clases. Los Castro no son Hitler, como Franco tampoco, más cercano a Mussolini, pero sí son los Stalin y Mao caribeños, que como ellos aterrorizan y volvieron miserable a buena parte de su población.
Y pese a la falta de libertades, los últimos 15 años de la dictadura del ferrolano produjeron progresos sociales y económicos (sic)
La dictadura franquista vivía de las divisas que enviaban al país los millones de españoles emigrados. De ellos y de los millones de turistas que acudían a un país barato donde pasar sus vacaciones por cuatro duros. Vivía de las inversiones de empresas extranjeras atraídas por la mano de obra barata. La productividad era de pena. Todo funcionaba sobre el papel. La realidad era otra
Que nadie se engañe. El franquismo no evolucionó a un régimen democrático. Simplemente colapsó ante un entorno mundial democrático. No se podía ir a ningún sitio sin pasar vergüenza ajena
Castro no ha muerto. No sabemos como se mantendrá el castrismo sin él. Lo que sí está claro es que si su hermano es el autor intelectual del régimen...
Publicado por: Nemigo | martes, 06 abril 2010 en 16:24