Carmen Gil Martínez, famosa y muy traducida autora española de unos setenta libros y poemarios de literatura infantil y juvenil, se quejaba amargamente en los periódicos de la creciente censura que sufren quienes escriben estos textos.
“Si no son las feministas porque una princesa es rechazada por un príncipe por su aspecto físico, son las asociaciones defensoras de los inmigrantes las que critican duramente que se les escape un "se lo pasó como los indios", o las protectoras de animales las que se rasgan las vestiduras porque una niña lanza un sapo verrugoso al suelo de un manotazo”.
Por eso “quitamos las palabras feo, viejo, negro... y terminamos por publicar textos políticamente correctos, descafeinados y tontorrones”.
Pero “es un hecho que la literatura irreverente y transgresora de Roald Dahl, con sus directoras de colegio perversas y sus brujas horripilantes, sigue fascinando a los niños”.
Aún sabiéndolo, muchos colegios del Reino Unido prohíben el cuento de los Tres Cerditos para no molestar a los musulmanes, y en EE.UU. hay quien censura al mayor humorista y autor literario del siglo XIX del país, Mark Twain, por la imagen que da de negros e indios.
En España a alguien puede ocurrírsele quemar los deliciosos “Los hijos del capitán” y “Rusadir”, de Nieves Villanueva, porque transcurren en el antiguo protectorado español de Marruecos y Melilla, y cuentan las aventuras, sueños y esperanzas de los hijos de un militar.
¡Un militar, y los libros no condenan la milicia, ni el colonialismo, ni la familia tradicional, ni la alegría de los juegos sin complejos ni prejuicios!
Son aventuras maravillosas, pero reaccionarias. Los libros deben contener niños y niñas progresís, antiimperialistas y pacifistas, que hagan el amor tras las clases de sexualidad y acudan juntos y solidarios a la clínica de abortos.
los libros infantiles la verdad es que son un poco macabros y bastante crueles. Sorprende que eso sea literatura "infantil." Quizá alí babá y los 40 ladrones (sin connotaciones políticas) o los cuentos de las mil y una noche sean de otros tiempos pero tenían su encanto
Publicado por: Nemigo | jueves, 22 abril 2010 en 23:15