Queridos niños y niñas: durante varios siglos habéis desarrollado vuestra imaginación con cuentos estúpidos, puritanos y clasistas de princesas adorables y príncipes azules, personajes que deben desaparecer de nuestra sociedad donde lo principal es la igualdad de género,
Basta ya de cuentos machistas de Blancanieves, la Cenicienta o el Gato con Botas. Debemos censurarlos. Nuestro Gobierno subvencionará los cuentos igualitarios haciendo desaparecer las princesas de los hermanos Grimm, Andersen o Perrault para convertirlas en princesos.
Además, ni siquiera necesitamos antiguallas falsamente medievales. Fijáos en las ministras de este Gobierno, ejemplo ideal para los nuevos cuentos: ellas son las princesitas contemporáneas.
Están ahí porque son hijas de la aristocracia socialista, casos Bibí Aído y Leire Pajín, o de la franquista, como las vicepresidentas.
Es decir, se puede llegar a los palacios hereditariamente, sólo que en lugar de venir de una familia real se procede de la militante.
Frente a las princesas y príncipes puros, virginales y ñoños, nosotros subvencionamos la liberación sexual regalando condones, abortos y cursos de igualdad impartidos por dueñas y dueños de los sex-shops. Para que recibáis placer desde muy pequeñitos.
Conforme vayáis siendo adolescentes o adultos, en lugar de haceros estudiar de verdad o de propiciar la creación de trabajo, no vaya a ser que os canséis como los enanitos de Blancanieves, os pondremos en el PER, a algunos os haremos mileuristas y a los hijos de miembros del Partido seguiremos nombrándolos princesitos y princesitas.
¿Para qué leer los cuentos tradicionales, tan reaccionarios, si nuestro postsocialismo es tan atractivo como el palacio de Blancanieves? Tiene hasta su Bruja, imagináos quién es.
Volvamos a Aído y Pajín, ¿alguna de ellas es la princesa o son las hermanastras de la Cenicienta? ¿Elegirán casarse con otra princesa o con un príncipe?
La imaginación infantil da para mucho. Bienvenidos, niños, al nuevo cuento progresí.
Magnífico cuento, D. Manuel. Me gusta muchísimo el términio progresí que es mucho más descriptivo que el de progre estúpido.
Como mujer me siento agredida por muchas de las decisiones de estas estafadoras del Gobierno.
Publicado por: Isabel Hurtado | viernes, 16 abril 2010 en 10:20