El presidente efectivo de los 500 millones de habitantes de la UE, de ellos los 45 ó 47 millones en España, no es Zapatero, por mucho que lo repitan sus afines, sino Hernan van Rompuy, que ideológicamente está cerca de Mariano Rajoy aunque posee más ironía que sorna el gallego, es más culto, y además ha escrito notables libros de ensayo político.
Un personaje que, siendo flamenco en una Bélgica con dos comunidades mutuamente hostiles, la suya y la francófona, ha sabido negociar una convivencia que mantiene el Estado, cuando todo auguraba su ruptura.
Quizás porque le ha visto las orejas al lobo: el crecimiento de una comunidad islámica en la que los fanáticos van apoderándose de amplias áreas habitadas, donde imponen su radicalismo, oprimiendo a los musulmanes liberales y a los vecinos no musulmanes.
Quizás por eso Van Rompuy, un católico declarado, y al contrario que Zapatero, rechaza radicalmente la adhesión de Turquía a la UE, porque “nunca fue ni será Europa”.
Es uno de los miembros más reconocidos de los partidos cristianodemócratas, rivales de siempre en Centroeuropa de los socialdemócratas.
Ambos decían defender a los trabajadores, los primeros sobre la base ideológica de la encíclica Rerum Novarum, dictada por León XIII en 1891, y los segundos, inicialmente como marxistas no leninistas.
Es un activista de los Derechos Humanos en el espíritu de la Declaración de San Francisco de 1948, cuya aplicación poco tiene que ver ahora con la de la nueva Comisión de la ONU, dominada por dictaduras.
Es por ello que Zapatero debe cambiar muchos aspectos de su política exterior, tan acomodaticia con los totalitarismos modelo fidelista o islamista.
El “premier” español, pues, será segundón, un mandamenos durante sus seis meses de presidencia simbólica, aunque les disguste a él, por haberse subido al candelabro como decía una Miss España, y a sus corifeos, que esperaban que su carisma, sabiduría y grandeza iluminaran el mundo.
Pues sí, lo que tu digas.
Pero nos lo tenemos que comer con papas.
Una larga agonía de perros es lo que nos espera mientras estos parásitos sigan chupándonos la sangre, hasta al menos, el 2012.
Porque si de ahí en adelante siguen los anticapitalistas en el Poder, es que entonces mis compatriotas se merecen todo lo que les pase, por borregos.
5 millones de españoles no saldremos del desempleo
hasta que mandemos a los anticapitalistas al paro.
Estos parásitos nos están hundiendo en una larga y penosa agonía.
Para desconsuelo de los liberales, la alternativa, el PP, no tiene fuertes convicciones pro capitalistas; apenas son buenos contables y directivos, pero sin conocimientos ni ambición para hacer prevalecer en todos los órdenes de la vida la superioridad moral, y con ella la eficacia práctica, del régimen occidental: el capitalista, el liberal.
Vienen en los demás ordenes no económicos (si es que cabe en la práctica desglosarlos) a decir lo mismo que los anticapitalistas PSOE, PNV, CIU, ERC... El elector dice: "para votar la copia, voto al original".
Publicado por: Sergio | lunes, 11 enero 2010 en 18:40