Acabamos de retirar de las listas de terroristas elaborada por la ONU a cinco grandes jefes talibanes, a los que Europa les pagará para que no nos molesten: nuestros enemigos ya son amigos.
Buena manera de apaciguarlos para que no apoyen a Al-Qaeda. Es que son hombres espirituales, estudiosos del Corán y de los hadizes del Profeta. Por tanto, ya no debemos verlos como feminicidas ni como verdugos de mujeres y niñas.
Si vuelven a torturarlas, violarlas o matarlas porque llevan el burka algo descocado, o porque caminan solas, a más de tres metros de los hombres de la familia, defenderemos esas acciones del amigo talibán: obedecen a su tradición y costumbres.
También lo justificaremos cuando asesine a las niñas que saben leer o quieren aprender a hacerlo.
Si desde la invasión en 2001 dirigida por el nefasto George W. Bush se habían abierto centenares de escuelas, que el talibán bombardeaba masacrando a las niñas, ahora se incendiarán legalmente o se destruirán planificadamente como los Budas de Bamiyan.
Si desde la invasión en 2001 dirigida por el nefasto George W. Bush se habían abierto centenares de escuelas, que el talibán bombardeaba masacrando a las niñas, ahora se incendiarán legalmente o se destruirán planificadamente como los Budas de Bamiyan.
Será interesante observar como matan en público a las mujeres que, creyendo que se había expulsado definitivamente a estos santos barbudos, se dedicaban a trabajos asquerosos, pecaminosos, como la peluquería femenina.
Como nuestro imperialismo judeocristiano y racionalista crea oenegés de todo tipo, desde occidente habían ido “Peluqueras sin Fronteras” y “Modistas sin Fronteras” para corromper a las afganas transmitiéndoles sus conocimientos.
Buenas piras funerarias van a hacer nuestros nuevos amigos talibanes con esas mujeres corrompidas por esa obscena modernidad antiislámica que tanto deseaban.
Pero no sienta usted remordimientos. No estamos traicionando a las afganas por querer ser también coquetuelas: entre nosotros hay grandes feministas y multiculturalistas que defienden el burka y demás ocultacabezas porque rechazan el exhibicionismo consumista y reaccionario occidental.
Soy mujer y me parece vergonzoso lo que está ocurriendo, ¡tanto tiempo que ha costado que se nos considere cierta igualdad con los hombres y ahora por unos cuantos imbéciles llamdos progres, la que se nos viene encima!
Publicado por: Miriam | sábado, 30 enero 2010 en 18:37