Cuando ETA mataba a gente común, guardias civiles o a sus niños, estos curas que protestan ahora contra su nuevo obispo se negaban a oficiar misas por esas víctimas, siguiendo el ejemplo de uno de sus obispos recientes, José María Setién, que pasaba de largo, despectivo y con mirada retadora, ante las familias de los asesinados que le pedían oraciones.
Hasta los no creyentes podemos definir como anticristianos a estos 85 de los 110 párrocos guipuzcoanos que rechazan con “dolor”, porque no es nacionalista, a José Ignacio Munilla, vasco y vascohablante, designado su obispo de San Sebastián por el Vaticano y la Conferencia Episcopal Española.
Ante gente así, los agnósticos de cultura judeocristiana evocamos la Inquisición, a los curas trabucaires, al nacionalcatiolicismo, no sólo el de Franco, sino también el de este clero, tan nacionalista y gazmoño como el suyo.
Curas patriotas tan exaltados que si Dios les lleva la contraria, se llevan ellos a Dios por delante. Que lo adoptan-adaptan a su conveniencia, como los ayatolás e imanes locos a la suya, y que cuando conviene le dan cobijo a las armas amigas para bendecirlas.
Debe ser sumamente difícil ser católico vasco si se hace culto a la cruz escueta, y no a su imitación en colorines de la bandera británica que es la ikurriña.
La Inquisición fue creada para unificar espiritualmente España, pero también para cohesionarla como nación. Parecía extinta, pero se ha reencarnado en los inquisidores nacionalistas de Euskadi.
Visto este caso, llega a pensarse que el nuevo obispo, al que acusan de conservador, en realidad es un aperturista frente a estos cavernarios Torquemada.
Y se siente una malévola satisfacción sabiendo que, inevitablemente, los cada vez más viejos y escasos curas guipuzcoanos verán castigado su nacionalismo racista teniendo que aceptar que sus sucesores sean “hispano”americanos, filipinos y africanos bien oscuros.
La doble moral de la iglesia católica, que por un lado quiere excomulgar niñas de 14 años por querer abortar por haber sido violadas mientras tolera con pañitos calientes a estos "curas pro asesinos" además de otros elementos de todos conocidos (pederastas).
En fin, si verdaderamente estos señores curas no les gusta lo que la iglesia, "su iglesia" les manda lo tienen muy fácil, ya Lutero lo hizo en su momento, sepárense y formen una religión Vasca, con 2 bemoles.
En fin, que no se puede vestir de sotana hablando del amor al prójimo y de misas dominicales cuando justificamos por lo “bajini”, al terrorismo más asqueroso.
Saludos.
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Publicado por: Pericogonoperro | jueves, 17 diciembre 2009 en 16:23