Entre las hipótesis que manejan numerosos militantes y dirigentes del Partido Popular está la de sustituir dentro de no mucho tiempo a Mariano Rajoy por Rodrigo Rato como candidato a la presidencia del Gobierno para las elecciones de 2012, por lo que podemos dedicarle otro rato a especular sobre esta posibilidad de base bastante plausible.
En primer lugar, sus allegados saben que está dispuesto a encabezar esa candidatura, avalada por su trabajo como el ministro de Economía de Aznar, al que los populares le atribuyen un espectacular éxito que lo lanzó a la presidencia de FMI, a la que renunció porque deseaba reencontrarse con su querida España apasionadamente.
Dicen también quienes lo conocen que no quiere que se le atribuya la posible caída de Rajoy, y que evita provocarla. Pero sólo estando ahí, disponible para un nuevo destino, ya es desequilibrante para el presidente popular.
Por eso mismo, Rajoy y Zapatero desean que se conforme con ser presidente de Cajamadrid: ambos le temen.
Esperanza Aguirre, la última responsable del nombramiento, sabe que no debe competir con Rato, por lo que quiere ser su mejor madrina. Quizás esta esperanza la agita contra el aparentemente débil Rajoy. Y a todo esto, se une a la pelea Alberto Ruiz-Gallardón, poco querido por muchos populares.
Y si Rato no esconde algo que puedan echarle en cara sus rivales del PSOE, nada de extraño tendría que los militantes lo llamaran como sustituto del blando Rajoy.
Rato es capaz de quebrar a sus enemigos, aunque caiga con ellos, como Sansón, pero no llora las desgracias que le manda Dios, como el Job Rajoy.
Rato, además, estará apoyado por el grupo PRISA, esté donde esté: buen amigo, podrá reordenar sus 5.000 millones de euros en débitos, de los que 500 son de Cajamadrid.
Ojalá, pero si acepta lo de caja Madrid no sé yo si lo hará. Hay que tener en cuenta que ya tiene sus años y quizás no esté para esos trotes.
Publicado por: Alarico | lunes, 02 noviembre 2009 en 20:30