Estos días el Partido Popular nos recuerda la UCD que hizo la Transición con éxito y después, su ministro más brillante, Francisco Fernández Ordóñez, se pasó al PSOE de Felipe González, donde volvió a triunfar.
Hay una pelea dentro del PP en la que, mientras sigue irresuelta y se gangrena la situación de Valencia, la enérgica presidenta de Madrid se confronta con un pausado Mariano Rajoy y con el activo y taimado Alberto Ruiz-Gallardón.
El alcalde madrileño tiene gestos que recuerdan a Fernández Ordóñez, que como ministro de Hacienda de UCD creó el moderno IRPF, y como ministro de Justicia legisló el divorcio.
Después, él mismo inició la crisis de la UCD tras ver que no sucedería a Adolfo Suárez ni a Leopoldo Calvo-Sotelo, y se pasó al PSOE, donde fue su mejor ministro de Asuntos Exteriores.
Ordóñez era la punta de lanza del europeísta González, quien dirigió la adhesión a la UE y limpió de antioccidentales a los socialistas.
Ahora, el enfrentamiento entre Aguirre y Gallardón es más que una la pelea por la presidencia de Cajamadrid: es sobre la posible herencia de Rajoy, si fracasa nuevamente, y por la visión de España.
Por un lado, el alcalde, que es un negociador acomodaticio, es complaciente con numerosos socialistas, nacionalistas y con el diario socialdemócrata El País, que ataca suavemente a Rajoy y con sadismo a Aguirre.
Y la presidenta, puño pétreo en guante del golf, es una liberal como los socios alemanes de Angela Merkel y la “Dama de Hierro” británica, Margaret Thatcher.
Se diría que a muchos socialdemócratas y a El País les gustaría ver a Gallardón en el papel de Fernández Ordóñez, pero ya no como ministro del PSOE, sino como verdadero sustituto de Zapatero.
Muy buen apunte. Solo una pega, ya le gustaría a Gallardón tener un decima parte de la cultura y el saber de Fernández Ordóñez.
Publicado por: Jorge Castrillejo | jueves, 29 octubre 2009 en 18:54