Cuidar el paisaje es un deber de todo ser humano, pero cuando el verde es incapaz de alimentar a sus habitantes es lógico volverlo pardo, azul o morado, si a cambio erradica el hambre.
Pero entonces tenemos un problema: los amantes de los parajes vírgenes, supuestos ecologistas que viven en lejanas ciudades, denuncian a quienes les afean las campiñas que les inspiraban bucólicas baladas.
Sin embargo, quienes ahora comen, tienen escuelas y un futuro mejor, especialmente en el tercer mundo, le dan gracias a los inversores y profanadores de la virginidad terrenal.
Greenpeace, organización que si existiera en el neolítico habría prohibido ocupar cuevas y en el medioevo impediría construir catedrales, acaba de iniciar una campaña contra las empresas petroleras, eléctricas y hoteleras españolas en Latinoamérica, desde México hasta Chile.
Sin importarle si esas compañías, españolas o de cualquier nacionalidad, erradican el hambre y la miseria, y si pagan sueldos dignos o no a las decenas de millares de trabajadores que emplean.
Entre las fotos-documentos que aporta Greenpeace aparece un complejo turístico de los hoteles NH en México construido legalmente al borde de una playa, y ciertamente bonito.
Un lugar que emplea a 322 personas, paisanaje cuyas familias sufrían pobreza endémica en Puerto Morelos, y para quienes el turismo es una bendición.
Basta ya: todo bienestar para los pobres se denuncia desde organizaciones ecologistas, dominadas por estetas que gozan de una renta que multiplica por mucho la de quienes habitan tierras que ellos dicen proteger. En realidad, la especie humana no les interesa.
Y como mezclan la defensa de delfines y focas bebés, tan emotiva, con estas campañas por la virginidad paisajística, la opinión pública los apoya sin analizar que sus cruzadas son esparcimientos de ricos colonos dedicados a cultivar hambrientos.
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LECTURA RECOMENDADA
Denis MacShane, diputado y exministro británico con Tony Blair, ha escrito el artículo adjunto en PDF "Descargar EL REGRESO DEL ANTISEMITISMO" que publica el ABC de Madrid hoy, 28 de octubre de 2009, y cuya lectura es muy recomendable.
greenpeace no prohibe nada en ningún sitio. Por cierto, el respeto a la tierra es algo innato en cualquier civilización ligada a la tierra
Por cierto, eso complejos hoteleros no crean puestos de trabajo alguno. Los que van a ellos pagan en sus países de origen. Van a gastos pagos y apenas salen de sus hoteles. Ni visitarán la zona ni harán gasto alguno allí
Publicado por: Nemigo | miércoles, 28 octubre 2009 en 20:09