Trinidad Jiménez, ministra española de Sanidad, ha anunciado que endurecerá la ley para eliminar el tabaco de todo local público, sea cual sea su tamaño y el deseo de sus dueños, trabajadores y clientes.
Lo que supone que quienes actúan en los países avanzados a modo de gobierno mundial están dispuestos a salvarnos de los malos hábitos eliminando las libertades individuales.
El cronista no fuma, aunque lo hizo hace tiempo sabiendo que los fumadores molestan a los no fumadores en lugares cerrados. Pero ya se crearon leyes que impiden esparcir humareda en espacios en los que conviven fumadores y no fumadores.
Ahora debe recordarse que el dueño de un restaurante, de un bar, de una tienda es quien expone su dinero. Es libre para arruinarse sirviendo mal a sus clientes, y si quiere atender exclusivamente a fumadores, con trabajadores voluntarios para esa labor, nadie debería prohibirle hacerlo. Basta con que muestre carteles en el exterior con el texto de “Local exclusivo para fumadores”. El no fumador sabrá qué debe hacer.
El control policial en el mundo libre sobre los negocios privados legales, en los que cada uno gasta como quiere su dinero –la venta y consumo del tabaco son legales y le producen enormes beneficios a los gobiernos—, se inició en EE.UU.
Es un país en el que, derrotado el puritanismo de los Pioneros, se impusieron los misioneros de lo políticamente correcto, también enemigos radicales de las libertades individuales. Y el resto del mundo siguió esta forma de control policial de la población.
Ahora somos víctimas de un gobierno mundial represivo que se mete en los locales privados y que, ensoberbecido, hasta se cree que cambiará el clima del planeta castigándonos y condenándonos al infierno si no obedecemos su seudoecologismo.
ya hace décadas que quedó demostrado que los gastos sanitarios superan a los ingresos por impuestos del tabaco. Parece increible que se permita la venta de tabaco... un producto que produce cáncer! La administración está para velar por la salud pública, la de todos. Y está claro que el tabaco es un atentado a esa salud
En un lugar público (ya sea de la administración o local de pública concurrencia) debe estar prohibido fumar. Si usted quiere fumar hágalo en su casa o al aire libre. Como bien pone en muchos países y con cartelito en la puerta indicado que se haga a varios metros de distancia. Su vicio molesta, es dañino y perjudica a la salud pública. Es un escándalo ver carteles con el lema: se permite fumar (sic)
Publicado por: Nemigo | martes, 11 agosto 2009 en 20:09