Lo que estamos viendo estos días son dirigentes supuestamente corruptos del PP y espías presuntamente al servicio del PSOE que crean un Estado policial, lo que hace desconfiar de una clase política que va pervirtiéndose conforme se aleja del idealismo pragmático de la Transición Democrática.
¿Confía usted en la honradez de la mayoría de los dirigentes del PP?, y ¿confía en la probidad de los del PSOE y en que no usan los medios del Estado para destruir al contendiente grande, como el PP, o pequeño, como UPyD?
Nunca llegaremos a saber si los dirigentes del PP son más corruptos que sus equivalentes del PSOE, y si estos son más espías que corruptos. En todo caso, nuestra antigua fe en los políticos es desconfianza ahora, y frecuente desprecio hacia sus personas y promesas.
Muchos dirigentes del PP y del PSOE, son honrados, pero no demuestren demasiada grandeza al mantener sus partidos plagados de truhanes. Así no pueden presentarse ante la ciudadanía mostrando orgullo de si mismos y de sus organizaciones.
Frente a tantos españoles que se han vuelto descreídos, están los militantes de los partidos –entran también los nacionalistas—que justifican toda canallada sin analizarla y que corean a los suyos como los hooligans. Tiene razón el periodista Antonio Pérez Henares cuando afirma que “aquí no hay dos Españas, sino dos hinchadas”.
En el PP hay personajes que han usado su poder para enriquecerse. Lo mismo ocurre en el PSOE, con el agravante de que utilizan policías para espiar los rivales.
En esta situación, pocos españoles tienen fe en quienes les gobiernan, pero siguen eligiéndolos en una demostración de poca autoestima, lo que explica la campaña de otro periodista, Francisco Rubiales, que quiere organizar un movimiento por el voto en blanco.
Pues tiene usted razón, también Pérez Henares con lo de las dos hinchadas. Y bien hinchados que están.
En fin, yo soy uno de los liberales que no votan, pero la partidocracia no se deshincha.
Publicado por: ricardo | domingo, 16 agosto 2009 en 19:33