Hace poco, un psiquiatra afirmó en una comisión mixta Congreso-Senado que la menstruación puede provocarle a las mujeres cambios de carácter, que en algunos casos llegan a conductas violentas.
Hubo quienes quisieron echarlo. Ni siquiera un científico puede decir ante los legisladores que una mujer, aparte de tener características físicas diferentes al hombre por su capacidad de ser madre, posee también un carácter distinto, consecuencia de esa exclusiva.
Según el psiquiatra Juan Coullaut-Valera Jáuregui, llamado por una comisión que requería opiniones científicas para elaborar una ley, la menstruación produce esos cambios hormonales que afectan física y mentalmente.
Ocasionalmente pueden provocar alguna agresividad, controlable cuando se entiende el origen de esos cambios.
Esta dictamen será correcto o no, aunque muchas mujeres creen que es acertado, pero casi todos los políticos y los medios informativos se lanzaron sobre el siquiatra.
“Los disparates del doctor Coullaut-Valera”, titularon muchos periódicos, también los derechistas, aún cuando el especialista había sido convocado por el PP. Añadieron comentarios sobre su locura y concluyeron declarándolo ignorante, además de machista.
Un diputado del PSOE, el ginecólogo José Alberto Cabañes, protestó por la inaceptable presencia de este incompetente en el Congreso. Cabañes es quien hace mociones para que los niños jueguen con casitas y muñequitas, y para que las actividades atléticas, incluyendo el fútbol, sean mixtas para prevenir el maltrato machista.
Pero el currículum de Coullaut-Valera no parece desechable: la misma prensa que lo ataca anunciaba con fanfarrias el 23 de septiembre de 2007 que, entre otros hallazgos, él y su equipo habían encontrado cómo medir físicamente la gravedad de las depresiones, éxito español de importancia histórica y universal, según afirmaban.
Seguramente una reacción tan desmesurada de los políticos se debió a que sufrían dolorosas reglas políticamente correctas cuando recibieron al psiquiatra.
Si por algo pasará a la historia el feminismo, además de por ser una de las ideologías más sexistas de la historia de la humanidad (por su estigmatización de la media humanidad masculina), pasará también a la historia por su capacidad para convertir a la mujer en un ser sin voz y a capricho de las interpretaciones de quienes dicen representarlas.
Estas hembristas (mucho más si son de derechas), tienden a convertir en privilegio la verdad y la negación de lo que caracteriza al hecho femenino (depende de lo que sea, negarán determinada característica o se servirán de ella para privilegiarse). Hace unos veinte años, el diario más hembrista de Europa, El País, sacaba una noticia al respecto de dos asesinatos de dos hombres a manos de sus amantes británicas, defendiendo en el mismo tales asesinatos como homicidios, dado que los mismos habían sido realizados por dichas mujeres durante su periodo menstrual. En dicho artículo, (la o el comentarista, no recuerdo bien ahora), afirmaba que el hecho diferencial hormonal de la mujer, dada la sociedad machista en la que vivía hacía impensable que fuesen reconocidas tales diferencias como atenuantes. Creo recordar que a tales mujeres se les eximio definirlas como asesinas.
No tenemos que ir muy lejos para ver como el feminismo busca permanentemente privilegios jurídicos para la mujer en su objetivo de destruir el estado de derecho. Hace un par de años, el movimiento feminista español hizo la propuesta de que todo asesinato de un hombre por una mujer en el ámbito doméstico, fuera definido automáticamente como homicidio. Bueno, ahora ya tienen una excusa más, a buen seguro, que por ejemplo, los treinta y un hombres asesinados el año pasado en España por sus parejas, fue ésta la razón por la que sus muertes no fueron denunciadas públicamente como tales asesinatos, tal como lo hace a la inversa el feminismo mediático... pues en función de dicha ideología y jurisprudencia hembrista, tales muertes no pueden ser definidas como asesinatos y además con muchas probabilidades (si como las dos británicas), los mismos se realizaron en pleno periodo mestrual. Periódo de tiempo éste, que el feminismo tienen claro que las mujeres, por su diferencia hormonal, hagan lo que hagan, siempre será un atenuante para sus responsabilidades penales.
Claro, que es bastante probable que en este caso también (al igual que ha sucedido a otros psiquiatras), dada la ideologización de las ciencias por el feminismo de género, el psiquiatra Coullaut-Valera acabe siendo uno más de los estigmatizados, primero como varón y después como profesional. Yo le diría a este paisano, que se fuera de este país y presentara su currícula profesional a las fuerzas armadas de Norteamérica. Por ejemplo, actualmente todas las “soldadas” que están en las guerras de Irak y Afganistán, sólo pueden entrar en combate durante periodos menstruales, y para lo cual, parece ser que en ese entorno profesional, tanto las psiquiatras y “psiaquiatros” que hacen sus servicio allí, están de acuerdo en la tesis de nuestro paisano Coullaut-Valera.
... y es que ya lo dice la sabiduría popular, para tener éxito profesional en la vida, es imprescindible estar en el lugar y momento adecuado. Psiquiatra Coullaut-Valera, te lo digo como amigo, necesitas un coach profesional... o mejor dicho, los has tenido muy malos, pues el feminismo del partido popular, es mucho más hembrista (si es que se puede ser más hembrista) que el del fasciofeminismo zapateril.
Recibe un saludo Manuel por tu reiterado desenmasracamiento del sexismo feminista.
Pablo el herrero
Publicado por: Pablo el herrero | sábado, 25 julio 2009 en 20:20