Barack Obama apareció como un ser providencial, sabio y casi perfecto, pero tras seis meses presidiendo EE.UU. empiezan a detectársele preocupantes vacíos de preparación y conocimientos.
Y ello, a pesar de que no sufrió exámenes como George W. Bush, al que la prensa probaba preguntándole los nombres del presidente de Kurgistán, del príncipe heredero de Bahréin o del rey de Bután.
Desde su toma de posesión expuso solamente dos ideas sobre España: una, oponiendo la “tolerancia religiosa de la Cordoba islámica” a su opresivo rival, la Inquisición cristiana, y otra, según la cual EE.UU. debe desarrollar ferrocarriles de alta velocidad y energías verdes siguiendo el ejemplo español.
En el primer caso Obama mostró una inquietante ignorancia al creer coetáneos momentos históricos pertenecientes a diferentes siglos y sacar de ellos lecciones para establecer una nueva relación entre su país y el mundo islámico.
Sobre ese desconocimiento histórico ya se dijo bastante. Los historiadores se asombraron de que el presidente del país más poderoso del mundo relacionara la Inquisición española, que nació el siglo XV, con la Córdoba musulmana, desaparecida siglos antes; y a la que además definió tópicamente de tolerante, cuando fue terriblemente cruel y opresora con los no musulmanes.
Aparte, tal liviandad basada en conceptos infantiles elevados a categoría de sapiencia universal --"Soy un estudioso de la historia", dijo--, quedó demostrada por un profesor de la Universidad pública Rey Juan Carlos, presidente de la fundación liberal Instituto Juan de Mariana.
Obama acertó sobre los trenes españoles de alta velocidad, aunque son de origen francés, pero el profesor Gabriel Calzada hizo un estudio tan demoledor sobre el inaceptable coste económico y laboral de las actuales energías supuestamente verdes que al divulgarse en EE.UU. impactó en el Congreso y el Senado, y dejó a Obama aturdido.
Ahora, los medios zapateriles españoles acusan a Calzada de antipatriota porque los estadounidenses están repensándose comprarle molinos de viento al país donde también Don Quijote los creía gigantes pletóricos de energía.
Es un ignorante,ademas de un incompetente,en eso es perfectamente comparable a nuestra desgracia nacional,Rodriguez Majadero.No entiendo como es posible que este individuo haya despertado tanta pasion dentro y fuera de su nación,teniendo en cuenta que aquel pais no sufre la partitocracia convertida en secta que "disfrutamos"aqui.
Aunque teniendo en cuenta la mala gestión del ultimo presidente y una buena campaña destinada a los ignorantes,no era descartable la llegada de este individuo.
Publicado por: tbonhe | viernes, 24 julio 2009 en 20:08