La Audiencia Nacional ha aplicado el sentido común al caso del cámara José Couso, muerto el 8 de abril de 2003 en el Hotel Palestina de Bagdad, cuando grababa para Tele 5 la entrada de las tropas estadounidenses que derrocaron a Saddam Husein.
El tribunal rechazó definitivamente esta semana el empeño del magistrado Santiago Pedraz de procesar a tres soldados estadounidenses que dispararon desde su tanque contra el hotel para intimidar y matar a periodistas, según acusaciones supuestamente progresistas.
Por el contrario, la Audiencia aceptó que los soldados creyeron ver en la planta 15 del edificio, contra el que lanzaron un único obús, observadores de Saddam que dirigían ataques contra su columna.
El proyectil mató a un periodista ucraniano de la Agencia Reuters en aquella planta, y a Couso, que grababa una más abajo, en la 14.
En España se vivía un ambiente de virulenta agitación contra el gobierno Aznar por haber apoyado en las Azores la invasión de Irak propuesta por Bush y Blair. Acto en el que España no participó, aunque siete meses después envió tropas de reconstrucción con otra treintena de naciones.
En este ambiente empezó la utilización de una muerte altamente posible para cualquier periodista en una guerra: los iraquíes mataron, casi a la vez, a Julio Anguita Parrado, que acompañaba a los americanos.
Con el juez empeñado detener a los tanquistas se conmovió a la opinión pública para erosionar a Aznar y para que los estadounidenses pagaran indemnizaciones que deberían corresponderle a Tele 5, que mantenía con Couso un contrato mercantil, no laboral, y sin seguro de vida..
La audiencia Nacional ha terminado con este caso de explotación de una víctima de la mala suerte, de malos empresarios y de un agitprop magistralmente planificado.
Como es habitual en sus comentarios,tiene vd.razón.
Publicado por: javier elorrieta | sábado, 18 julio 2009 en 18:57