Los movimientos de las figuras del ajedrez nos señalan el método aplicado por Rodríguez Zapatero a su juramento de cerrar la central nuclear de Garoña en 2011 para retrasarlo después hasta 2013: en realidad, ha decidido que su vida se alargará, al menos, hasta 2021.
Aunque parezcan demasiado aventurados el titular y el inicio de esta crónica analicemos la historia de las afirmaciones de Z. para extraer conclusiones:
En primer lugar, al darle dos años más que los prometidos, incumple su anuncio electoral y de legislatura de cerrar la central en 2011, un año antes de las elecciones generales de 2012.
Compromiso elaborado para romperse, igual que el de estar en la Champions League de la economía mundial y de conseguir pleno empleo en 2009.
La realidad es que España tiene ya 4,5 millones de parados, la suma de los de Italia y Francia. De esta forma, ciertamente, encabeza la Champions League de la categoría. En la lista de la corrupción europea también ha avanzado mucho.
Z. dice ahora que cerrará Garoña tras las próximas elecciones generales, y tal como van las cosas, quizás las pierda.
Lo que ha aprovechado Mariano Rajoy para anunciar que, si él triunfa, mantendrá abierta la central hasta 2021, como recomienda el Consejo de Seguridad Nuclear.
¡Ni hablar!, responde la vicepresidenta primera del Gobierno: todo quedará “atado y bien atado”, para que nadie pueda cambiar ese compromiso.
Voluntad que hace recordar la de Aznar cuando al abandonar el poder dijo haber dejado “atadas y bien atadas” numerosas leyes y el trasvase del Ebro: Rodríguez Z. derogó todo de un palmetazo nada más llegar.
Hay más: la vuelta a lo nuclear es imparable en todo el mundo. En los dos últimos años España pasó de antinuclear a pronuclear, y si Z gana en 2012 dirá que debe darnos plutonio porque es progresista, y porque, además, se lo pide Felipe González, que fue quien decretó el parón nuclear en 1984 asustado no por sus potenciales peligros, sino por los atentados de ETA.
garoña es de los años 70 ya va por 40 años! Sólo hay que pensar en la tecnología que había entonces y en la que hay hoy. Es impensable mantener operativa una central obsoleta y con una potencia marginal (460 MW)
El trasvase del ebro se suprimió por una razón obvia: llovió. Y con esa lluvia ya no fue necesario trasvase alguno. Justo lo contrario que con aznar. No llovió lo sufiente para olvidar sus mentiras
Publicado por: Nemigo | domingo, 05 julio 2009 en 21:51