El Senado acaba de aprobar una nueva ley para mantener viva Televisión Española, creada en 1956 como monopolio para introducir en todos los hogares la propaganda franquista.
Por entonces Walter Cronkite, periodista de la CBS estadounidense que acaba de morir con 92 años, era ya un respetadísimo profesional por su honestidad al transmitir las noticias.
Un ejemplo de rigor informativo frente al monopolio y la censura de TVE, que aún así tuvo excepciones brillantes con Miguel de la Quadra Salcedo, Jesús Hermida, narrador de la llegada del hombre a la Luna que se conmemora actualmente, Félix Rodríguez de la Fuente, creador de imponentes programas de verdadero ecologismo, no de propaganda antimodernidad como ahora, y Arturo Pérez-Reverte, ya en democracia.
Las televisiones privadas habían nacido en EE.UU. con miniprogramas en 1928, y en los años 1950 ya había centenares de estaciones emitiendo en color, que llegó al monopolio español en los años 1970.
Hace ahora dos décadas aparecía por fin un número limitado de televisiones privadas, y unos años antes las autonómicas, pero TVE continuó siendo, como con Franco, instrumento de propaganda y de embobamiento del gobierno de cada momento.
Aún hoy es una máquina perenne de enajenación: véanse Corazón, corazón, Mira quien baila y demás vulgaridades. Vacía las mentes y, sobre todo, sobra: para elaborar programas así hay televisiones de todos los sabores, y el Estado no tiene por qué hacerles competencia.
Dejará de tener publicidad y el Gobierno, para compensarla, le incautará a los ciudadanos parte de lo que pagan por Internet, una expropiación vejatoria en un país que carece de ciberespacio con acceso universal y barato a gran velocidad.
¿Con qué derecho obligan a los internautas a pagar este medio cargado de basura que no tiene nada que proteger fuera del agitprop gubernamental?
Cada día me sorprendo más con España... y con el "loco" mundo en general. Llevo siete años sin ver televisión (en ocasiones en algún lugar). Tengo un televisor guardado en el armario por más de cinco años... no lo echo de menos, para nada.
Menos mal que le leo desde USA don Manuel, por lo menos a mi me saldrá gratis en ese aspecto.
Un saludo.
Publicado por: Gaspar Payá | viernes, 31 julio 2009 en 19:47