Esperanza Aguirre le ha pedido perdón a José Luís Rodríguez Z. por haberle llamado piquetero, pero aunque haya retirado la expresión, la oposición ha encontrado por fin un adjetivo polivalente para aplicarle durante el resto de su mandato.
Pocas actitudes hay más rechazadas que las del piquetero, sindicalista profesional usado por el peronismo para corromper y destruir la democracia y la riqueza con violencia y lenguaje de lucha de clases: patrón malo y obrero bueno, aunque encabece una banda de liberados, vagos profesionales que, siendo tantos, estrangulan a las empresas.
Ahora que los jefes de los sindicatos españoles empiezan a parecerse a los peronistas tratando de mantener el sistema laboral premoderno y franquista –en las democracias avanzadas el desempleo es la mitad del español—, el arrebato iracundo de Z. contra los empresarios, únicos creadores de riqueza, recuerda el piqueterismo.
La imagen negativa de los actuales sindicalistas ha contagiado al mismo Rodríguez Z, quien falseó las demandas de los empresarios en el diálogo social, roto por el propio presidente.
Los patrones no habían pedido el despido libre, como aseguró Zapatero, sino acercar la reglamentación española a la de países como Alemania, que aún en esta crisis crea empleo, al contrario que España, donde el paro crece aceleradamente y se abren cada día menos empresas por temor a su legislación laboral.
A esta imagen del sindicalismo oportunista –sólo en la sanidad de Madrid hay casi un millar de liberados—se une el recuerdo de que Z. nunca condenó a los piquetes que en varias elecciones agredieron a los representantes del PP y que aún hoy persiguen a Aguirre.
El rostro airado de Z., su apoyo exclusivo a los sindicatos y su pasividad ante los piqueteros lo acercan a ellos y aceleran su cuesta abajo.
Doña Esperanza Aguirre debería dirigir el PP. Tiene siempre las palabras que mejor definen a los aprovechados socialistas y es una gran presidenta de Madrid. Llamarle PIQUETERO al desvergonzado y pedirle perdón después es de una habilidad superior y lo de PIQUETERO ya no se lo quita nadie.
Publicado por: Carlota Romay | jueves, 30 julio 2009 en 18:53