Seguramente acierta el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, cuando acusa al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, de preferir “hablar en señorito", que es en idioma castellano, a hacerlo en gallego.
Es que los señoritos en Galicia, descendientes de la pequeña nobleza rural y de la burguesía ilustrada, eran diglósicos: hablaban castellano, mientras dejaban el gallego para escribir poesía o dirigirse a los criados; y si alguno de estos ascendía socialmente prefería también el castellano para aseñoritarse actuando como su señorito.
Actualmente la inmensa mayoría de los gallegos son bilingües, aunque muchos señoritos hayan cambiado y exijan imponer el idioma regional en todo afán.
La caída de su uso entre las élites se había iniciado ya en el siglo XIII, conforme iba creándose y adoptándose el castellano entre la nobleza durante la Reconquista.
La gran aristocracia gallega fue integrándose en el expansivo reino de Castilla y León, y la que quedó en Galicia y se rebeló después contra Isabel I de Castilla fue exterminada o se sumó a la Corte.
Así fue que esos linajes se mezclaron con los del resto de España, y ahora quien posee los principales sellos nobiliarios gallegos es la Casa de Alba, seguida de la de Medina-Sidonia.
Esa superestructura poderosa, castellanohablante, que durante siglos iba a Galicia sólo a cobrar sus fueros, creó entre muchos gallegos un afán de emulación, rechazado ahora por quienes aman ciegamente el idioma, no demasiados, y masivamente por quienes obtienen ingresos con él.
El problema es que los hablantes más incomunicados en las aldeas, sus verdaderos transmisores seculares, ya tienen coches y televisores, intentan ser señoritos y fueron quienes contribuyeron sustancialmente a elegir por mayoría absoluta a Núñez Feijoo, nacido de familia aseñoritada, igual que el ministro de Justicia.
a finales del siglo XIX (sin remontarse más en el tiempo) el analfabetismo en galiza era de un 90% (similar al resto de españa) El idioma galego carecía de normativa escrita (no la tuvo hasta la época actual, después de la muerte de franco) Durante todos esos siglos no se enseñaba a escribir en galego, eso era imposible. No había normativa. El idioma era oral y no había ni libros en galego
Explicado así, ya se entenderá mejor la situación actual
Los que enseñaban a leer y escribir (maestros) solian ser de fuera de galiza o habían aprendido de personas que no eran galegas. Así el médico, alcalde, maestro, guardia civil, etc Eran TODOS castellano hablantes. Cualquiera que estaba por encima del nivel del pueblo se expresaba en castellano
Imposible entonces subir socialmente en galego
Ahora sí se entiende lo que ocurre actualmente al galego. Es un idioma con base (muy sólida) en el pueblo y que debe escalar en la sociedad. Es ahí donde se genera la fricción, tensiones y repulsa
Publicado por: Nemigo | viernes, 12 junio 2009 en 23:58